Esta
es una frase que captura los ojos hasta del más apático, y es un sentimiento
normal del ser humano, porque nosotros identificamos al dinero como una meta, la
cual todos estamos buscando. ¿Pero qué tiene que ver el dinero con la salud?
Pues en realidad mucho.
El efecto que el dinero tiene sobre nuestro bienestar
está relacionado directamente con el dinero que tenemos. Por lo tanto, entre más
dinero tenemos, más bienestar hay. Hasta este punto todo está bien, pero si somos
más precisos en definir cuál es la relación del dinero con la salud,
encontramos que no siempre el dinero es sinónimo de bienestar. Por el
contrario, el dinero para muchos se ha convertido en la última meta en sus
vidas.
Nos despertamos pensando cómo ganar más, que otro negocio nos va a dar
más, cómo vamos a trabajar más horas para tener un cheque más grande. Poco a
poco y sin darnos cuenta, el dinero no sólo es la meta de nuestra razón de
vivir, sino el medio por el que vivimos. Esto no es de bienestar y, por lo
tanto, perdemos interés en nuestra salud.
En muchas ocasiones yo veo pacientes que
trabajan mucho para gastar una gran parte de su dinero en actividades que son
dañinas para la salud, como son las clásicas reuniones familiares con carne
asada y cerveza. Esta simple actividad es la causa más común de muerte en
América: el colesterol alto y los ataques cardiacos. Otros tantos, cometemos el
error de no gastar el suficiente dinero en un examen médico anual para
prevención de enfermedades.
Por lo contrario, aun cuando tenemos la más
alta tecnología y los medicamentos de más alta calidad en toda la historia de
la humanidad, fácilmente podemos encontrar un buen pretexto para no ver a
nuestro doctor y lo peor es que, no importa que seamos conscientes de ciertas
enfermedades que podamos padecer como diabetes, colesterol o alta presión. En
fin, la lista es interminable.
Cuando les pregunto a mis pacientes por qué
hasta ahora decidieron venir a ver al doctor, la respuesta es frecuentemente
"pues ya ve doctor, la desidia" en realidad lo que el paciente
quiere decir es que a él o ella, no le pareció que cierto síntoma valiera la
pena para invertir en no trabajar un día y ver al doctor, gastar en los
exámenes que el médico ordena, o que las medicinas son muy costosas.
El dinero
es tan preciado por todos nosotros, que por querer ahorrar en las
recomendaciones que el médico nos dio, lo ponemos en el departamento de
negación de nuestro cerebro y continuamos con nuestra vida como si nada
ocurriera.
Esto se puede demostrar con el hecho de que hay
más mujeres vivas, que hombres; por la simple razón que es la mujer la que
visita más al doctor. Cuando el hombre visita a su médico -en muchas ocasiones-
es demasiado tarde. También está comprobado que la mujer vive más que el hombre
y todo porque la mujer es más entendida de las recomendaciones médicas.
El
otro lado de la moneda, es cuando el dinero se tiene en exceso o se cuida con
codicia. Estos no son casos raros en nuestra comunidad y muchas veces estamos
dispuestos a pagar lo que sea por comprar una casa, un carro o una fiesta de
quince años para nuestra hija. De ningún modo pensamos que la maquinaria que es
el cuerpo humano, también necesita de su mantenimiento y eso solo se logra con
la ayuda de un profesional que sepa cómo trabaja esta máquina tan eficiente.
Pasamos la vida gastando, hasta que nos damos
cuenta de que la manera como gastamos nuestro dinero no era saludable. Por eso,
que el dinero es salud, si sabemos cómo emplearlo sabiamente. Asimismo,
espiritualmente el efecto que el dinero puede tener en nuestras vidas puede ser
la causa de la enfermedad y hasta de la muerte.
Todos nosotros hemos escuchado
la historia del tío que murió por no ver a un doctor porque estaba ocupado
cuidando su rancho, su tienda y su dinero. O de aquel que ha ganado tanto que
se la pasó derrochando, tomando licor, usando drogas hasta que se murió de tanto
dinero.
Entonces, la historia se resume en que el dinero
mata. En realidad no es que el dinero dé salud o muerte, sino la manera como lo
empleamos. No quiere decir que es malo tener mucho dinero, sino más bien,
nosotros tenemos que tener control del dinero y no el dinero de nosotros. En
mejores palabras, como lo cita la Biblia, “El amor al dinero es el comienzo de
todos los males” el dinero no es el problema, sino el amor por él.