DR JAVIER RÍOS NO PUEDE
CONTESTAR PREGUNTAS MÉDICAS O CONSULTAS POR INTERNET. SI USTED SIENTE ALGUNO DE
ESTOS SÍNTOMAS, POR FAVOR, CONSULTE A SU MÉDICO LOCAL. ESTA ES UNA PUBLICACIÓN
CON FINES INFORMATIVOS.
Si usted piensa que el
divorcio es saludable para su salud, píenselo dos veces porque la información
que se tiene acerca del estado de salud de las parejas divorciadas, indica que
más del 80% de los adolescentes que termina en la cárcel juvenil por posesión
de drogas, provienen de matrimonios divorciados. La gran mayoría de las
adolescentes embarazadas tienen las mismas cifras. El hombre divorciado tiene
mucho más riesgos de terminar en alcoholismo crónico. Y por último, la mujer
divorciada es una de las personas que más servicios médicos necesita y es
incapaz de poder pagar aún simples tratamientos, como tratamiento para la diabetes
o tratamientos de presión. El hombre divorciado en este país es el que comete
más suicidios que otros grupos de personas.
En nosotros los hispanos, el divorcio no es mucho más diferente que en otras
clases étnicas y los números son casi iguales; de cada dos matrimonios, uno
termina en divorcio. Eso significa que el 50 % de nuestras familias están
fragmentadas.
Las razones del divorcio son muy variadas: desde que el marido ronca, una mujer
frígida, un marido alcohólico o irresponsable, la infidelidad, las drogas y
muchas otras cosas más. Algunos se divorcian porque se dejaron de querer, otros
no se querían tanto; otros se divorcian por la suegra y muchos se divorcian por
el dinero. De hecho, en estudios realizados se ha comprobado que la causa
número uno por la cual discuten las parejas: es el dinero.
Cualquiera que sea el motivo por dar por terminada la institución familiar,
todos los divorcios tiene un solo factor común que se encuentra en todos y cada
uno de los divorcios: y es que uno o los dos cónyuges piensan que lo más
importante en la relación es el o ella misma, llenándose de un innegociable
egoísmo. Entonces, encontramos que esta persona egoísta únicamente piensa en sí mismo
y le da el derecho de ser un alcohólico y no mirar por sus hijos, o este
egoísta decide ir con otra pareja y nunca volver porque piensa que se merece
algo mejor en la vida.
Este egoísta es capaz de insultar a sus hijos, de insultar y golpear a su
cónyuge hasta aún quitarle la vida. Este egoísta se puede gastar todo el dinero
para comer y para la renta. Todos estos egoístas tienen algo en frecuente: él o
ella cree que no tienen la culpa de nada y se merece todo y que es el cónyuge
el que es culpable de todo lo que pasa en el hogar. "Es que ella no me
mima como antes", o" debe aprender quién está a cargo de la casa
" o… "Estoy cansado, pase lo que pase, yo me voy".
Estos son argumentos muy comunes que se ven en nuestra práctica médica cuando
vemos parejas cercanas al divorcio. Es, simplemente, impresionante como
la sociedad en la que vivimos nos ha enseñado a solo cuidarnos nosotros y a
nadie más. En realidad no tengo una apropiada recomendación de cuál es el mejor
camino para una pareja con problemas. Es posible que el divorcio sea la mejor
alternativa en algunos casos, pero en realidad no debemos de estar tan
preocupados en cuál es el número de matrimonios que termina en divorcio, sino
más bien en cuál es el número de egoístas innegociables que se van a casar.
De modo, que no es un tono religioso, sino un tono de sentido común el que
debemos tocar en cada una de nuestras acciones que hacemos en el hogar. Aun
cuando la situación sea desesperante, el cambio del egoísmo por la humildad le
dará salud a su esposo, a su esposa y a sus hijos.