La vida laboral de un maestro es bien difícil: aunque muchos padres piensas que los maestros se la pasan coloreando, dibujando y charlando con los chicos en clase, no saben que existen un montón de cosas … que los maestros no comparten con usted.
1. Maestros no son consejeros matrimoniales:
A muchos maestros no les gusta que los padres les hablen de sus problemas familiares. A muchos maestros no les interesa que sus esposos no les ayuden en la casa; sólo quieren hablar de los avances del niño y nada más. Particularmente, soy del tipo de personas que les gusta escuchar a los demás. Todos tenemos algo positivo que aportar y, conocer algo (no demasiado) podría facilitar la toma de decisiones y la creación de nuevas técnicas de estudio que pudiesen ayudar al niño.
2. Los maestros no ganan una millonada:
Un maestro no gana millones, aunque forme a los líderes del futuro.
3. Secretos revelados:
Quizá usted no lo sepa, pero los niños revelan los secretos más íntimos de la familia: dinero, rencillas, religión, costumbres y hasta los problemas que tiene usted con la amante de su papá.
4. No rompa el corazón de su hijo:
Cuando usted no asiste a
una reunión escolar, o no pasa a recoger las calificaciones de sus hijos: su
hijo o hija, aunque no sea un estudiante
meritorio, se siente mal porque piensa que a usted no le importa
demasiado.
5. El irrespeto:
Muchos niños no respetan a sus
maestros ni a nadie en la clase. Sin embargo, cuando los padres acuden a una
entrevista, gritan, insultan, amenazan y menosprecian al maestro. Sin embargo, es cuando el
maestro sabe perfectamente el porqué de la conducta de su hijo. El
comportamiento de los alumnos en clase es un reflejo de la conducta que tiene usted en la casa.
6. Las calificaciones:
El hecho de que su hijo sea respetuoso, no
quiere decir que tenga que tener notas altas. Muchos padres piensan que porque
su hijo tiene un gran corazón, este merece tener notas altas.
7. Merienda poquita o inadecuada:
Hay un dicho que dice:"El
mal comido no piensa". Este un refrán muy popular en mi país. El niño mal alimentado,
no rinde en la escuela, a parte de quedarse "velando" (otro dicho
popular en mi país) a sus compañeros. Ponga más atención en la merienda de sus
hijos.
8. Cuide la higiene de sus hijos:
No está justificado que un niño vaya sucio,
despeinado y con piojos a la escuela. Cuidar de la higiene de sus hijos, no
toma mucho tiempo.
9. No presione injustamente a sus hijos:
Sin lugar a dudas, los padres queremos darle
la mejor educación a nuestros hijos. Es por esto que lo inscribimos en
colegios muy exigentes, que poseen un gran número de reglamentos y
procedimientos; los cuales son informados
al momento de la inscripción. Esto está muy bien, pero lo que no está
bien es que usted quiera echarle la culpa al maestro de que su hijo o hija
repruebe porque este no puede lidiar con las exigencias del colegio: un colegio
que usted insiste y obliga a su hijo a asistir.
10. La comunicación con sus hijos:
Algunos niños se sienten más identificados con sus maestros que con sus propios padres. Les cuentan a sus maestros secretos que usted nunca imaginaría. Revise los niveles de confianza y cultive la amistad con sus hijos. Además, los alumnos de ahora han perdido la capacidad de comunicarse: eso se lo debemos a los avances tecnológicos. Cada día es más difícil la comunicación entre padres e hijos y, entre los mismos alumnos: antes los alumnos eran capaces de resolver sus diferencias en el patio, a la hora de salir a jugar, pero ahora... es la maestra que tiene que solucionarle los problemas.
11. Su hijo no es el centro del Universo:
Es muy probable que en su casa su hijo sea el
centro de su universo, pero recuerde que el maestro debe compartir toda su
atención con otros 25 o 30 niños especiales también.
12. Sáquele provecho a la relación profesional que tiene con los maestros de sus hijos:
Un maestro pasa más tiempo con su hijo
que usted mismo, ¿está seguro de que conoce a su hijo? No vea al maestro como
la persona que quiere hacerle la vida imposible a su hijo y a usted. El maestro
solo quiere hacer un buen trabajo, ¡dialogue! No lo declare un enemigo.
13. La vocación de maestro es real:
Muchos maestros se entregan por completo a sus estudiantes, y los padres creen que esta actitud de buena voluntad está justificada por un sueldo.¡No todo es dinero! Aunque le parezca extraño: hay maestros que han realizado sacrificios por sus alumnos, que no lo han hecho por sus propios hijos.