Si alguien te pregunta cómo estás, tal vez tu respondas con un "muy bien". Pero Dios conoce lo más profundo de tu alma y Él sabe muy bien por lo que estás atravesando.
No es casualidad que leas estas palabras que te están animando a creer en que Dios te dará una salida, una respuesta y que decidas a no tomar ninguna decisión por ti mismo que te pueda traer dolor y consecuencias inesperadas.
No te puedes rendir, Dios vendrá en tu ayuda, pero empieza por reconocer que en realidad "no estás bien". Al mundo le podrás mostrar un rostro de éxito y felicidad, pero Dios sabe lo que te duele.
Ven a Él con confianza porque no serás rechazado. Si cometiste algún grave error o pecado Dios puede perdonarte, restaurarte y las cosas que vienen en tu vida pueden ser aún mejor de lo que estaban antes.
Ese es el Dios al que amamos y servimos.
Un Padre amoroso que no nos toma en cuenta nuestros errores y nos bendice más allá de lo que imaginamos.
La respuesta que buscas existe: la solución a tu situación ya ha sido dada por Dios. La confusión ciega, entenebrece el entendimiento; no te permite discernir, diferenciar cuál será el camino correcto o la decisión adecuada.
Dios es claro y directo cuando él habla, y él te dice hoy:
No te hundas más en confusión, desecha las cosas que son una carga para tu alma y ven; pon ante mi tus caminos, tus deseos, tus anhelos, tu preguntas, tus dudas, tus temores.
Entrégame lo que lastima, pon a mis pies las cosas con las que ya no puedes más.
Ante mí no tienes que fingir, yo sé cuándo estás bien, y yo entiendo cuando tu corazón sin palabras me dice que se siente mal. Yo te comprendo y mil veces lo repito:
YO TE AMO. Déjame ser la luz de tu camino, el que te guía por las sendas de la paz. ¡YO TE DARÉ LA SALIDA, VEN A MI!
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti
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