¿Qué pasaría si mañana desaparecieran de la Tierra todos los líderes espirituales, pastores, sacerdotes, maestros, profetas?
Habría un caos en el mundo. PERO LEE PRIMERO LA HISTORIA DE LA MUJER ESTATUA.
Escuché una conferencia dada por una mujer que trabajaba como estatua viviente. Sí, de esas que en los parques o ferias se quedan inmóviles, y de repente se mueven cuando menos te lo esperas. La gracia de ella era asustar a la gente que no notaban que en realidad era una mujer, no una estatua. La gente divertida, traía unas monedas y las depositaban en un sombrero.
La mujer estatua elegantemente se inclinaba y les regalaba una rosa. Dice ella, que su mirada se cruzaba con la mirada sorprendida de la persona que tomaba la rosa y cuenta que en miles de ocasiones, al aceptar la rosa, la persona derramaba una o muchas lágrimas. Su labor, su trabajo como estatua viviente realmente tocaba corazones que necesitaban consuelo. Personas que caminaban sin ser notados o sin ser jamás mirados con atención por nadie: anhelaban que alguien los viera, los mirara con amor, con ternura.
Algunos pasaban y le gritaban: “¡Holgazana, ponte a trabajar, consíguete un empleo de verdad!” Ella no se desanimaba y se decía a sí misma: “…Mi labor es real, y el fruto de mi trabajo sublime...”.
“…Mi parte en este mundo es tocar los corazones que vagan solitarios por estos caminos…”.
¿Cuántos habrán recibido un momento de felicidad, amistad y una chispa de esperanza a través de la mirada de la mujer estatua? Ella está segura que fueron miles.
Así que, ¿qué pasaría si mañana desaparecieran de la tierra todos los líderes espirituales, pastores, sacerdotes, maestros, profetas? Habría un caos en el mundo.
Si tú eres uno de los arriba mencionados, tu labor, es tal vez una de las más importantes de la Tierra. No solamente provees alimento y guía espiritual, sino que también eres el peso que trae equilibrio al mundo.
Sin ti, muchos se extraviarían en el camino, perderían la fe, no alcanzarían a ver más allá de las limitaciones que a algunos en el mundo les impone. Muchos no recibirían palabra a tiempo y fuera de tiempo. Muchos literalmente se sentirían solos y abandonados porque tú eres la única imagen paternal o maternal que tienen; y el único mensajero de Dios que conocen, solo a ti te escuchan.
Sin ti las ovejas perdidas serían presas del devorador. Si tu labor no existiera, los que critican y se oponen a la fe se quedarían sin trabajo y no sabrían a quien más hacer víctima de su acoso, ya que nadie más les da la otra mejilla.
Sí, muchos aquí debajo comentaran y sacaran a relucir los abusos que han ocurrido en TODAS las iglesias. Pero hay abusos en todo el mundo, en todas las esferas y profesiones, EN TODAS LAS IGLESIAS Y EN TODAS LAS RELIGIONES. Judas robó dinero de la bolsa y traicionó a Jesús, y no por la traición de Judas deja de ser efectivo el ministerio del Apóstol Pedro…o el del Apóstol Pablo.
No por las fallas de otros, se deja de necesitar la figura de un verdadero líder o lideresa. Hay líderes buenos, hay líderes sinceros, hay líderes malos. Obviamente, Dios sigue bendiciendo y levantando a los de corazón puro.
Si todos los líderes espirituales desaparecieran de este mundo, los que están en contra de la fe, no tendrían un plan de emergencia. No podrían contener las multitudes. No tendrían a quien atacar, no tendrían como dar respuesta a los que preguntan por las cosas difíciles de la vida.
Líder espiritual, ¿Tú crees que tu trabajo no vale y que edificas en vano? PIÉNSALO BIEN, DIOS TE TIENE AQUÍ PARA QUE SOSTENGAS AL QUE TE NECESITA, de otra manera, esa persona encontraría la muerte.
Te necesitamos, NO TE DES POR VENCIDO. No hagas caso de los que se oponen. Ellos no tienen ni la menor idea de lo que es, o lo que se siente, cuando uno ve renacer en otros la esperanza por la vida y ¡vaya, que en Cristo sí vale la pena vivir!
Sigue alimentando a este mundo que necesita de esperanza. Sigue regalando una rosa y cruzando tu mirada con aquellos que sienten que no valen. Tu trabajo, tu labor es tal vez la más poderosa, efectiva y real del universo.
¡DIOS TE SIGA BENDICIENDO!
… Acuérdate de mí en tus oraciones.
SI ESTO TE HA SIDO DE BENDICIÓN, COMPÁRTELO CON TU LÍDER, PASTOR, SACERDOTE, O GUÍA ESPIRITUAL… ¡Y ESCRIBE AMEN!
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