Debes pagar el precio
Dios,
cuando te dio a tu esposa/o como pareja tenía un plan, tenía un sueño. El hecho
de que no seamos responsables de pagar el precio de la felicidad, no nos da
derecho a culpar a Dios ni a las personas a nuestro alrededor.
¿Qué
haces tú para ganar el amor de tu pareja? ¿Qué haces para ganarte el respeto de
tus hijos? ¿Qué haces tú para que la suegra no te acepte? ¿Qué haces tú para
hacer que tu matrimonio funcione?
Deja
de poner excusas y trabaja en tu matrimonio; sé obediente, sacrifícate y esfuérzate por
salvar tu matrimonio... Paga el precio.