La tristeza es una emoción básica, pero no natal, del ser humano. Tanto el miedo como la ira, el asco, la felicidad o la sorpresa son emociones naturales que pueden provocar altos y bajos en la moral. Sin embargo, la tristeza es una expresión de dolor afectivo el cual se expresa con llanto, falta de apetito y rostro abatido.

¿Cómo te das cuenta si tu tristeza ya no es normal?

Muchas veces nuestros sentimientos pueden hacerse complejos y pueden durar más de lo esperado.

La mayoría de las veces caemos como dentro de un pozo y no podemos salir. Las personas a nuestro alrededor notan que estamos mal, pero prefieren no intervenir y si intervienen, no lo hacen en la forma apropiada. Esta situación puede incluso ser peligrosa para quien padece tristeza, pues existe una línea muy fina entre la tristeza y la depresión. Sigue leyendo y encontrarás las señales que podrían advertirte si simplemente estás pasando por un mal momento o si ya tu condición es mucho más delicada y necesitas ver un especialista lo antes posible.

¿Por qué la tristeza puede ser buena? 

No es que la tristeza sea buena, no. Lo que pasa es que es un sentimiento natural en el ser humano. No somos robots y, como personas, está bien reír cuando es el momento y llorar cuando se nos presenta una situación que lo amerita. La tristeza nos enseña o nos ayuda a recibir los embates de la vida. Es un sentimiento que llega y se supera. Aprendemos a superar nuestros errores o las situaciones que ensombrecen nuestra vida, y nos levantamos y nos decimos: "Tenemos que continuar". El problema llega cuando esa tristeza no nos deja hacer nuestra vida. Cuando por culpa de ella tiramos la toalla y ya no queremos hacer nuestras actividades. He ahí el problema.

¿Cómo puedo diferenciar la tristeza de la depresión? CONTINÚA EN LA PÁGINA SIGUIENTE