El sueño de esta brasileña terminó de la peor manera conviertiendose en una horrible pesadilla. April Michelle tenía 47 años cuando le sucedió todo esto en 2013. Deseaba agrandar sus pompis; así que decidió inyectarse una sustancia, la cual no era apta para humanos.
Abril cuenta que el dolor era tan intenso, que morir hubiera sido un alivio.
La inyección le provocó una infección generalizada a esta madre de dos niñas. Los médicos tuvieron que amputarle los brazos, sus nalgas y las piernas para poder salvar su vida.
April, en vez de recurrir a un profesional certificado, usó sellador de baños; el cual había comprado en el mercado negro pensando que se trataba de silicona.
Ahora esta mujer confiesa que la vanidad le costó y le costará el resto de su vida un precio muy alto, pues nunca imaginó que una simple inyección le provocara todo eso.
Abril cuenta que el dolor era tan intenso, que morir hubiera sido un alivio.
La inyección le provocó una infección generalizada a esta madre de dos niñas. Los médicos tuvieron que amputarle los brazos, sus nalgas y las piernas para poder salvar su vida.
April, en vez de recurrir a un profesional certificado, usó sellador de baños; el cual había comprado en el mercado negro pensando que se trataba de silicona.
Ahora esta mujer confiesa que la vanidad le costó y le costará el resto de su vida un precio muy alto, pues nunca imaginó que una simple inyección le provocara todo eso.