Nadia Mohamed Ali, nació siendo cristiana pero tuvo que convertirse
al Islam hace 23 años, cuando se casó en 1991 con Mohamed Mustafa Abdel-Wahhab,
pero después de su muerte planeó convertirse de nuevo a su fe original junto a
su familia.
El caso inició en el 2004 cuando Nadia, con la ayuda de
empleados de la Oficina de Identificación, trató de cambiar su dirección,
nombre, religión y el de sus hijos, pero las autoridades los descubrieron.
De acuerdo con versiones, uno de sus hijos fue detenido dos
años después de la conversión y confesó que los documentos habían sido
cambiados ilegalmente, por lo que Nadia, sus hijos, empleados que procesaron las
tarjetas de identidad fueron arrestados y acusados de fraude.
En Egipto, cuando alguien abandona el cristianismo para
convertirse al Islam, no tiene problemas para cambiar de religión en los
documentos del Estado, pero si desea salirse de Islam, encuentra enormes
obstáculos.
Samuel Tadros, investigador del Instituto Hudson para la
Libertad Religiosa, dijo que las conversiones como Nadia eran comunes en el
pasado y no había mayor problema, pero la nueva constitución de Egipto, basado
en la sharia, “es un verdadero desastre en términos de libertad de religión,
ahora que la sharia se ha convertido en una parte integral de la nueva
constitución de Egipto, los cristianos del país se encuentran en mayor riesgo
que nunca”, enfatizó.
Jordan Sekulow, director ejecutivo del Centro Americano para
la Ley y la Justicia, dice que cerca de 7 millones de egipcios son cristianos
coptos, aproximadamente el 10 por ciento de la población.
Este caso reciente demuestra la difícil situación del país
después de la denominada “primavera árabe”, en agosto del 2012, cuando la
comunidad cristiana de Dahshur, conformada por 100 familias, fue obligada a
huir de sus hogares después que los vecinos musulmanes los atacaron.
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