Cuando se trata de enfrentar las circunstancias negativas, los comentarios destructivos de la gente, una mala situación financiera, enfermedades. Y cuando cada día parece traer más problemas que el anterior: enfréntalos, con la confianza de que Jesús está contigo porque Él mismo lo prometió.
Entonces, si Jesús está conmigo, ¿por qué me pasan tantas cosas malas?
Es lo que se preguntan muchas personas, y la verdad es que también Jesús nos advirtió de que en este mundo habría: aflicción, problemas, persecuciones, odios, problemas de diferentes tipos.
Mientras vivamos en este mundo —nadie—, ni la persona más buena y disciplinada se puede librar de problemas imprevistos. Pero en tu caso, ten la seguridad de que Dios usará cada situación para hacerte más fuerte y convertirte en un verdadero discípulo: en un verdadero líder.
La corona de la victoria se disfruta mejor cuando para alcanzarla hemos tenido que estirar nuestra fe en medio de la tribulación. Es verdad que Él ya ganó la victoria, pero recuérdalo: estamos en un mundo que nos grita en nuestra cara, todos los días ¡Jesús nos ha abandonado! Es ahí cuando tenemos que creerle a Él; hacer uso de nuestra fe, confiar en sus promesas y gritarle al mundo:
¡Aléjate de mi adversario mentiroso! Jesús me ama, inmensamente, con amor eterno, y Él mismo ha prometido estar conmigo hasta el fin. Y, pase lo que pase, yo he decidido creerle a Él.
Sigue creyendo, Jesús no ha dejado nunca a nadie decepcionado.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti
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