Muchos hindúes piensan que Kanai es la reencarnación del dios Ganesh
Sin embargo, Kanai no tiene una trompa de elefante, en realidad sufre de una rara condición llamada neurofibromatosis que ha desfigurado su rostro, dejó flácida su piel hasta su pecho y su ojo derecho se ha desvanecido entre todas las capas de su carne colgante.
Kanai no puede comer ni hablar correctamente y siempre necesita medicamentos para mantener su inflamada piel bajo control.
Debido a su deformidad, nunca ha sido capaz de conseguir un trabajo medio decente.
Él dice: "No quiero mendigar pero no tengo otra manera de ganar dinero y cuidar de mi madre".
"La gente piensa que soy un dios porque tengo una trompa como él. Pero no fue así siempre".
"Tengo buenos recuerdos de cómo mis ojos veían antes, pero con el paso de los años, mi ojo derecho ha desaparecido".
"Lo vi en el espejo hace unos años, pero ahora no puedo encontrarlo en todo el montón de carne. Yo ni siquiera recuerdo cómo solía mirar antes", dice Kanai.
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