Ashely, Ellie y Jake nacieron casi un año después de aquel fatídico día, y aunque es cierto que el lugar de sus hermanitos fallecidos nunca podrá ser llenado en el corazón de sus padres, por lo menos tener tres razones más para vivir alivia la agonía y el dolor de una vida triste y solitaria.
Por eso cuando pensamos que todo está perdido, siempre brilla una luz en el camino, que se prende para indicarnos la vía que debemos seguir, nunca hay que desfallecer, porque la vida nos depara siempre algo bueno que mostrar.