Algunas veces con la prisa y la demanda de tantos
pacientes, los médicos llegamos a omitir acerca de la impotencia
sexual y ese paciente se va a casa sin ninguna ayuda. Para un examen físico, la mitad de
ellos lo que en verdad necesitan es un tratamiento para la impotencia sexual;
de modo que hemos aprendido que cuando preguntamos a nuestros pacientes varones
acerca de las relaciones sexuales, sorpresivamente encontramos que en realidad
esa era la causa de la visita.
Así que ahora ya entendemos que la pena de hablar
de la impotencia sexual es un problema natural, humano y muy entendible. La
impotencia sexual tiene muchos orígenes y causas.
Existen razones congénitas y genéticas, en otras
palabras, cuando el feto se está desarrollando puede tener un defecto con los
testículos que no bajen a la bolsa del escroto (es un problema congénito) o
puede ser un mal genético, en el cual por razones hereditarias existe
impotencia sexual como es el síndrome de Klinefelter y otros más.