A pesar de que nuestro mundo se asocia con microorganismos infecciosos, la mayor parte del tiempo, somos razonablemente saludable. Agradezca este hecho a su sistema inmune, que lo defiende de los microbios que causan enfermedades. Ahora, vaya más allá de la gratitud para optimizar la función de este sistema y provéale de mayor mejoría al usar estas formas sencillas y naturales de mejorarlo.
Duerma lo suficiente y maneje el estrés.
La falta de sueño y la sobrecarga de estrés aumentan la hormona cortisol, cuya elevación prolongada suprime la función inmune.
Evite el humo del Tabaco.
Socava las defensas inmunes básicas y aumenta el riesgo de bronquitis y neumonía en niños como en adultos, y las infecciones del oído medio en los niños.
Beba menos alcohol.
El consumo excesivo afecta el sistema inmunitario y aumenta la vulnerabilidad a las infecciones pulmonares.
Cuide su alimentación.
Coma muchas verduras, frutas, nueces y semillas, que le proporcionarán a su cuerpo los nutrientes que su sistema inmune necesita.
Un estudio en adultos mayores demostró que el aumento de la ingesta de frutas y verduras mejora la respuesta de anticuerpos a la vacuna que protege contra la neumonía por Streptococcus.
Considere los probióticos.
Los estudios indican que los suplementos probióticos reducen la incidencia de infecciones respiratorias y gastrointestinales. También se ha demostrado que los productos lácteos fermentados reducen las infecciones respiratorias en adultos y niños.
Atrapa algunos rayos de luz solar.
La luz solar desencadena la producción de vitamina D de la piel. En el verano, una exposición de 10-15 minutos (sin protector solar) es suficiente. Sin embargo, a más de 42 grados de latitud (como en Boston) de noviembre a febrero, la luz solar es demasiado débil y pocos alimentos contienen esta vitamina.
Los niveles bajos de vitamina D se correlacionan con un mayor riesgo de infección respiratoria. Un estudio de 2010 en niños mostró que 1200 UI por día de vitamina D suplementaria redujo el riesgo de influenza A.
Sin embargo, un estudio de 2012 que incluyó suplementos de adultos con cáncer de colon con 1000 UI al día no demostró protección contra las infecciones de las vías respiratorias superiores.
Incorpora el ajo a tu dieta.
El ajo es un agente antimicrobiano de amplio espectro y un refuerzo inmunitario. Debido a que el calor desactiva un ingrediente activo clave, agréguelo a los alimentos justo antes de servirlos.
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Incorpore los hongos a su dieta.
Coma hongos medicinales, como shiitake y maitake (a veces se vende como "gallina del bosque"). Un estudio reciente mostró que un extracto concentrado de shiitake mejora la función inmune en mujeres con cáncer de mama.
Pruebe con hierbas que ayuden el sistema inmune.
Si contrae infecciones recurrentes, considere la posibilidad de tomar hierbas inmunoprotectoras como el eleuterococo (Eleutherococcus senticocus), el ginseng asiático (Panax ginseng), el ginseng americano (Panax quinquefolius) o el astrágalo (A. membranaceus).
Haga un brebaje de equinácea.
Es bueno tenerlo a mano cuando los virus respiratorios abrumen sus defensas. Esta es una especie que se ha demostrado que mejora la función inmune y reduce moderadamente la gravedad y la duración de los síntomas del resfriado.
A una jarra agregue 1 taza de raíz de Echinacea purpurea. Agregue 1½ taza de vodka y revuelva. Si no hay 1 a 2 pulgadas de vodka sobre la raíz, agregue más vodka.
Agitar todos los días; después de 4 semanas, cuele el líquido y colóquelo en un recipiente limpio. En la primera ocasión, tome ½ cucharadita diluida en agua cada dos horas mientras esté despierto. Después de dos días, reduzca la dosis a ½ cucharadita tres veces al día durante el tiempo que dure el resfriado.
Con estos trucos fáciles y naturales podrás aumentar tu sistema inmunitario para estar listo contra cualquier enfermedad que quiera afectarte.