Una azafata de 49 años llamada Sheila Fredrick se encontraba laborando en un vuelo que iba desde Seattle a San Francisco, Estados Unidos. De repente la mujer notó que una niña rubia de unos 15 años estaba sentada contra una de las ventanillas y al lado de un hombre mayor. Realmente, eso no fue lo que llamó su atención. Su aspecto era muy sospechoso.
Según cuenta la Sra. Fredrick, la joven tenía el cabello muy graso y su expresión facial parecía decirle: "Estoy pasando por un infierno". La otra cosa extraña que notó, fue que el hombre, por el contrario, iba muy bien vestido. El contraste entre ambos le indicó a la experimentada azafata que algo estaba mal, muy mal.
Fredrick decidió prestar más atención en la extraña pareja. Así que se acercó y observó que siempre respondía el hombre, aunque ella se dirigía a la chica. La joven solo miraba hacia abajo, como con miedo. Cuando la azafata intentó hablarle nuevamente, el hombre se puso agresivo y de inmediato se puso a la defensiva.
La astuta Fredrick le dejó una nota a la joven en el baño, en el que le preguntaba si necesitaba ayuda. La joven confirmó sus sospechas. Enseguida la azafata fue y le comentó al piloto la situación y al aterrizar el hombre fue detenido.
"He sido azafata desde hace 10 años, y si hubiera recibido la información mucho antes, quizás hubiese podido ayudar a más niños, pues me daría cuenta de lo que estaba ocurriendo", expresó la valiente mujer.
Luego de darse a conocer este caso, los asistentes de vuelo están aprendiendo a cómo darse cuenta de que alguna persona está siendo víctima de tráfico de personas en el avión.
Aunque tú no seas sobrecargo, tú puedes ayudar a identificar a una víctima de trata de personas. Solo debes poner atención a los siguientes detalles:
- No tiene noción del tiempo.
- Ansiedad, depresión, nerviosismo o la persona actúa sumisa o tensa.
- Evita mirarte a los ojos.
- La víctima tiene moretones o golpes.
- Tímidos intentos por comunicarte algo (mira con ansiedad para los lados, si logra hablar contigo).
- Desnutrición.
- Ha llegado recientemente al Estado desde otra parte del mundo o del país.
- No viajan con muchas posesiones (o documentos de identificación).
- No habla como las personas del Estado en el que te encuentras
- Poca higiene.
- No hablan, la otra persona es la que contesta a tus preguntas.
- Inconsistencia en sus historias.
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