Muchas veces nos jactamos de que somos “dueños de nuestro propio destino”. Sin embargo, la realidad es otra. ¿Cómo puede el hombre ser dueño de su propio destino si en cualquier momento un simple virus puede acabar con la vida de cientos de miles?
Ciertamente, no podemos tener control de nada. Pero hay un solo poder que puede cambiar nuestra vida, y ese es el poder de la oración de aquellos que creen en Su Hijo.
“En la escuela aprendí
que las partes de la
oración son
sujeto, verbo y predicado,
pero ahora sé
que el secreto de la
ORACIÓN está en
vivir SUJETO a todo
lo que el VERBO ha
PREDICADO”.
Hermes Alberto Carvajal
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.
Santiago 5:16
Oración de la noche al descansar
¿Cómo no creer en Dios?
Oración para alejar la tristeza