2021-02-08
Esfuérzate, se valiente, prepárate para la pelea
Pero los que esperan en El Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40.31
Que bella promesa. Como leímos anteriormente, con tan solo leer, oír, conocer esta promesa entra en nosotros una sensación inexplicable. 
 
Es como si una lucecita se prendiera a lo lejos, en medio de la oscuridad. 
 

Estas palabras que por inspiración de Dios fueron escritas por el profeta Isaías, son las palabras mismas de Dios.  

Dios te lo dice: “Espera en mí y tendrás nuevas fuerzas. 

Si estás cansado, caído, si has perdido la esperanza de que tu situación se solucionará, lo más seguro es porque has perdido de vista las promesas. 

Pero aquí está mi palabra para recordarte que, si crees en mí, y si crees a las grandiosas promesas que te he dado, podrás continuar en tu lucha sin cansarte ni fatigarte”. 

Claro, nuestro cuerpo físico necesita comer, descansar y dormir, pero es tu espíritu lleno de fortaleza el que te levanta después de una jornada ardua. 

Las palabras de Dios: “levántate, esfuérzate, se valiente” resuenan en tu corazón cada vez que abres los ojos, como si estuvieran escritas en tu almohada, en la pared de tu cuarto, en tu plato de comida, en el espejo de tu baño, en el volante de tu auto. 
Es hora de volar. Sal a volar, tu eres un águila de Dios.

La palabra de Dios, sus promesas divinas jamás se apartarán de ti porque tu es de los que esperan en Dios, y esperas en El y crees en sus promesas, ya eres como el águila y sin importar tu edad, eres más fuerte que cualquier joven lleno de alegría y de ganas de vivir. Creo que debes de salir al mundo y darle a muchos jovencitos ese ánimo que están necesitando.

Muchos de ellos no recibieron en sus hogares esta divina instrucción. Se sienten muy valientes y hasta son altivos cuando todo les sale bien, pero en tiempos de aflicción no saben a dónde ir, y muchos optan por salidas falsas.


Pero he aquí que tú has renovado tus fuerzas como el águila y tu llamado y misión ha sido reavivado por el fuego divino. Es hora  de volar. Sal a volar, tu eres un águila de Dios.