2018-02-13

¿Qué mujer no sueña con su príncipe azul? Si eres de las afortunadas en llegar a tener un hijo varón sabrás que es un regalo divino. De hecho, tan pronto des a luz, amarás más a tu propia madre.

Con la educación y la dirección correcta podrá llegar a convertirse en todo un caballero que crecerá y se convertirá en un apuesto príncipe. No rehúses a corregir, pues este es un deber que deberás ejercer durante toda la vida. He escuchado madres que, después de que sus hijos cumplen 18 años piensan que ya han terminado. “Ya es grande, que tome sus propias decisiones”. Eso es muy cierto, y si lo has criado como es debido, no tendrás tantos dolores de cabeza. Sin embargo, los hijos siempre quieren saber la opinión de sus padres, algunas veces por temor a defraudarlos; por lo que te consultará y con amor y con tu experiencia, lo aconsejarás. 

Tengo una amiga a la cual sus hijos no pueden contarle sus cosas, pues reacciona de manera explosiva y ni los deja hablar. Sé sabia.

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Cuando les enseñamos a nuestros hijos varones a tratar bien a una dama, salimos ganando dos veces; pues será nuestro amigo incondicional en la vejez, ya que siempre estará pendiente de ti, y, por supuesto, crecerá con valores que le ayudarán a formar una familia con muchísimas más probabilidades de que sea estable.

Así es como nace el verdadero amor. Con tu hijo mantendrás un vínculo único y especial. Compartirán miradas tiernas, abrazos y besos sinceros, suaves caricias y demostraciones de cariño. Un lazo de amor puro, profundo, real e incondicional. El amor de Dios solo se compara con el de una madre... ¡Esto es hermoso!

Al ser agraciada de tener un hijo varón, empezarás a entender mejor al sexo opuesto. Vas a tolerar sus defectos y disfrutarás y te maravillarás de sus virtudes. Es una relación en la que ambos crecen y se convierten en mejores seres humanos. 

Es un aprendizaje constante en el que tendrás que inculcarle a tu hijo el respeto, la honestidad, amabilidad, lealtad... Y precisamente durante ese corto viaje, pues los hijos crecen tan rápido que cuando comienzas a disfrutar tu maternidad, se van de la casa. Pero estarás tranquila porque habrás formado a un hombre hecho y derecho, que ama y respeta la vida. Es por eso por lo que tus palabras siempre deben ser dulces. Tu hijo varón es como una plantita la cual riegas con amor.

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor”. Efesios 6:4

 

Si tienes la dicha de traer al mundo a un hijo varón, vas a comprender cómo es el verdadero amor. Vivirás con alguien dispuesto a todo por ti. Tendrás una persona que comerá solo si sabe que tú has comido. Que se desvelará por las noches pensando en que estás enferma. Que hará hasta lo imposible por encontrar la cura a tus dolencias. ¡Es mucho más que tener un príncipe azul!

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Lástima que, lo bueno, no dura. Llegará el día en el que tu hijo se marchará de tu lado, pero Dios te bendecirá aún más al recibir a otra hija. Sí, porque su esposa será como tu hija y ambos estarán pendientes de ti y te cuidarán cuando ya tu no puedas hacerlo.

Tener un hijo, ya sea niña o niña es una dicha que te deseo, de todo corazón. Los hijos son tesoros; los nietos, coronas de los abuelos. Bendecido sea por siempre tu hijo varón.