Persevera, amigo, amiga: persevera. Para eso estamos aquí, y para eso Dios nos ha mandado a que cada día te demos―aunque seauna palabra de ánimo para que no pares en tu carrera.

Dios es real y un día verás a Jesucristo: El Hijo de Dios cara a cara. Su palabra lo dice, entonces entenderás, entonces comprenderás, entonces saltarás de alegría y como un niño correrás por las calles de oro; disfrutando de la música celestial de la mano de esos amados seres que ya se te adelantaron. Serás feliz, tu rostro brillará con la luz eterna. Tu sonrisa será aún más hermosa, como una ofrenda de gozo al que te salvó.

Haz algo, echa mano de esa alegría el día de hoy. Tal vez haya situaciones que buscan mantenerte hundido en tristeza, en desesperación, en inseguridad, incertidumbre y aún en ira o enojo. ¡NO LO PERMITAS! Vamos, tomémonos de la mano y pidamos la fuerza a Dios para sacudirnos las cargas y que resplandezca esa sonrisa, esa alegría eterna desde hoy en nuestro corazón, en nuestro rostro. Cantemos alegres, háblalo en voz alta, dilo: ¡Gracias Cristo!

Pido a Dios que tus ojos espirituales sean abiertos en este momento y veas lo grande y bello que eres ante Dios y hoy. Si, este mismo día experimentes el cielo aquí en la tierra, y en medio de tus luchas, vivas la victoria eterna; y  que con determinación, tomes ese poder de vida eterna que Dios ya te ha dado y lo hagas permanentemente una parte de ti.

Dios ya te ha coronado de honra y gloria. El mundo y la gente pierden su tiempo tratando de etiquetarte con fracaso, menosprecio e infortunio. No les hagas caso, esa misma gloria, esa misma satisfacción plena y alegría libre de todo temor que vivirás en la presencia de Dios: la puedes vivir desde hoy. ¿Qué debes de hacer? Créelo como un niño, no lo razones. El gozo de Dios sobrepasa todo entendimiento.

Ahora, ve y mírate al espejo y como un niñito de 4 años, puro, inocente, sencillo, pon esa hermosa sonrisa en tus labios y exprésala en el lenguaje de tu mirada. Déjala ahí por el resto del día. Tú eres como un niño, tuyo es el reino de los cielos. Ahora, sal a correr, a jugar y a vivir tu vida feliz.

No temas, Papito está contigo…

Escrito por Hermes Alberto Carvajal

Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti.

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Oración por
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Un abrazo de amor
y de consuelo
 
¡Mujer
Levántate!
 
Nada
me faltará
 
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