Adora y sírvele al Señor
Esto es lo mejor que puedes hacer, dedícale durante el día, algunos minutos de alabanzas y adoración a Dios. Lo malo se vence con lo bueno, tan pronto sientas que vienen a ti momentos de oscuridad, clama a Dios, él vendrá en tu ayuda.
Levanta tus manos, aunque creas que el deseo puede más que tú. Dios lo hará posible. Sumérgete en su presencia, canta, cántale al Señor; verás como se van a disipar esos pensamientos pornográficos, serán sustituidos por claridad y paz.
No permitas que la pornografía sea tu única preocupación en tu vida espiritual. Dios, si se lo pides, te enseñará otras maneras en las que Él desea que crezcas. Crece en humildad, en servicio, vocación, amabilidad, generosidad. Son tantos los dones que Dios puede regalarte. Que la pornografía NO domine tu vida, Dios quiere tu corazón por completo.