Prepárate para el momento de tentación

Yo empecé a trabajar en otra ciudad, mis hijos y mi esposa vivían en casa de mis suegros, en un pueblo ubicado a 2 horas de donde yo me encontraba. Mi esposa es doctora, y no podía dejar sus responsabilidades y compromisos, es lógico que debiera quedarse por los niños, ya que ella era quien tenía un trabajo estable.

La soledad me estaba asfixiando y caí en las garras de la pornografía casi sin darme cuenta. Comencé comprando revistas y luego pasé a ver películas. Primero compraba unas pocas, quizá una sola vez a la semana; pero después fui adquiriendo cada día más y más material pornográfico.

Cuando era joven, veía pornografía con frecuencia, pero dejé de verla cuando me casé. Pensé que podía volver a controlarlo, pero en realidad, no supe cómo acabar con esto. No me daba cuenta de que no podía parar… hasta que mi esposa me pidió el divorcio”. Roberto.

Es importante que identifiques los momentos del día y los lugares específicos en los que te sientes tentado a ver pornografía. Una vez sepas cuáles son esos momentos, prepárate con antelación orando, alabando y pidiéndole a Dios que te ayude.

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