Habla con alguien a quien le tengas confianza y sepas que es lo suficientemente maduro y estable emocionalmente para que te ayude con este problema, debe ser alguien con experiencia en manejar problemas de adicción a la pornografía, puede ser: un líder religioso, un terapeuta sexual, una organización o grupo de ayuda a las familias, etc.
Entiende que es probable que tú solo o sola, no puedas romper esta atadura. Muchos cristianos activos, están luchando con la pornografía. Este problema no es de iglesia, es un problema personal que afecta tu relación con Dios y con las personas que te rodean.