“Me cambié de país, y no vi a Venancio por casi 15 años. Yo ya tenía 40 y él tenía 60. Me sentí mal porque no lo reconocí a primera vista. Vestido con harapos, caminando por el centro de la ciudad..." Continúa leyendo más abajo la historia de un amigo que presumía de no practicar ninguno de estos consejos numerados más abajo... sigue leyendo, y llena el cuestionario al final.
Probablemente, estás haciendo alguno de estos malos hábitos todos los días y ni te has dado cuenta. Al final de este articulo lee de un caso real de una persona que no practicaba ninguno de estos consejos.
¿Qué es un mal hábito?
En psicología un hábito es cualquier comportamiento que se repite regularmente, y que requiere de un pequeño o ningún raciocinio. Además, los malos hábitos más que innato son aprendidos. Por lo tanto, un mal hábito tiene consecuencias muy negativas en nuestra calidad de vida, pues crea insatisfacciones en múltiples aspectos emocionales. Los malos hábitos nos causan daños irreparables, pero son muy difíciles de eliminar debido a que nos hacen caer en vicios o en adicciones que podrían llevarnos a la muerte.
Entre los malos hábitos que aprendemos desde chiquititos está la depresión, el estrés, la falta de confianza en sí mismo, la educación deficiente, la influencia del entorno (amigos, compañeros o familiares). Son muchísimas las malas costumbres que vamos adquiriendo desde la infancia. Otros malos hábitos son el no hacer ejercicios, culpar a los demás de nuestros errores, dejar todo para después, hablar sin saber, interrumpir cuando alguien está hablando, mentir, la impuntualidad..., etc.
No obstante, existen hábitos que podrían perjudicar nuestra salud mental. Así que a continuación te presentamos: 10 Malos hábitos que dañan tu cerebro y afectan tu salud mental
1. No desayunar
¿Cuántas veces has escuchado que "el desayuno es la comida más importante del día?
Aun así, las personas no acostumbran a desayunar y esto es bastante malo porque al no desayunar tendrás bajo nivel de azúcar en la sangre y, ¿sabes qué pasa? Pues tus órganos se ven comprometidos al no saber de dónde van a sacar azúcar, por lo que genera suministro insuficiente de nutrientes al cerebro, y este se va degenerando lentamente.
Bien lo dice el dicho: “Mal comido, no piensa”.
2. Estar sin pareja
Cuando falta uno de los cónyuges en el hogar, se elevan los niveles de estrés, pues la pareja que queda a cargo debe jugar ambos roles. Esto no es nada fácil, por lo que el exceso de trabajo, no dormir lo suficiente, la depresión y el estrés podrían causarte daños en tu sistema nervioso, creando un factor neurológico de conversión, lo que haría que perdieras la vista de vez en cuando o no te respondan las extremidades; así como fuertes dolores en el cuello y sientas como que colapsarás en cualquier momento.
3. Ingerir bebidas alcohólicas
Esto no es nuevo, pues todo el mundo sabe que el exceso de alcohol causa enfermedades hepáticas, renales y de páncreas. Estos son los órganos más afectados por el abuso del consumo de bebidas embriagantes. Luego terminas con el cerebro y todo comprometido.
Otro eslogan muy famoso, pero al parecer a los fumadores no les importa. Fumar reduce el tamaño del cerebro y promueve el alzhéimer.
5. Ingerir demasiada azúcar
Todos los extremos son malos. El exceso de azúcar interrumpe la absorción de proteínas y nutrientes, lo que interfiere en el desarrollo del cerebro al causar malnutrición.
6. No dormir lo suficiente
Cuando no duermes, no permites que tu cerebro descanse. Si estás muchos días sin dormir, acelerarás la perdida de neuronas cerebrales.
7. Dormir con la cabeza tapada (cubierta)
Este es un mal hábito, "cubrirte la cabeza para dormir". Al cubrirte, aumentas la concentración de dióxido de carbono y disminuyes el oxígeno, por lo que tu cerebro sufrirá daños a largo plazo sobre todo si vives en un área urbana encerrada, por ejemplo en un departamento muy chico donde no hay arboles ni plantas arlrededor..
8. Pensar cuando estás cansado o enfermo
Los estudios han demostrado que cuando estamos fatigados en extremo o estamos enfermos y nos ponemos a realizar alguna actividad con la mente, como estudiar, trabajar... nuestro cerebro va perdiendo capacidades a largo plazo. Así que lo más inteligente que puedes hacer es descansar cuando estés cansado o enfermo. Por si no lo recuerdas en la misma biblia, Dios le envía comida y descanso al profeta Elías, cuando este estaba a punto de darse por vencido. Dios planeó el descanso para tu cuerpo y tu cerebro, así que úsalo.
9. Ver TV en excesoEl problema con ver demasiada televisión es que tu cerebro se va a acostumbrando a no hacer nada y esto te embrutece. Si tu cerebro no analiza, no razona o no se ejercita pierde capacidades.
10. Hacer muchas cosas a la vez
Cuando realizas muchas tareas al mismo tiempo tu cerebro no puede concentrarse y pierde su eficacia. Del mismo modo, es muy poco probable que logres terminar haciendo algo muy bien. Es decir, si está haciendo algo, centra tu atención en lo que está haciendo, de esta manera, se mejora gradualmente la concentración y el rendimiento de tu cerebro.
Por otro lado, algo que no es un mal hábito pero que puede afectar nuestra salud mental es el desempleo. La mayoría de las veces esto es algo inevitable.
Estar sin trabajo durante mucho tiempo también podría afectar nuestra salud mental. Del mismo modo, la falta de ingresos y las constantes necesidades de dinero pueden llegar a afectar nuestro comportamiento.
Denise Glassmoyer, PsyD en psicología clínica y terapia familiar, cree que el apoyo social puede ser la clave para mantener los índices de salud estables en las personas desempleadas por largos periodos de tiempo. Estudiar es una alternativa, así como también buscar nuevas oportunidades. Evite en lo posible pasar el tiempo haciendo “nada”, e inclusive puede servir de voluntario en distintos trabajos para que se sienta útil.
Me cambié de ciudad, y no vi a Venancio por casi 15 años. Yo ya tenía 40 y él tenía 60. Me sentí mal porque no lo reconocí a primera vista. Vestido con harapos, caminando por el centro de la ciudad, la mano derecha le temblaba sin parar y se veía sucio y desorientado. Cuando me dijeron quién era yo no lo podía creer. Lo tomé del hombro e intenté hacerle platica. No me reconoció, más bien me insulto y trato de darme un golpe.
Por más que le dije quién era yo, no pareció acordarse de mí. Mis amigos me informaron que ya tenía más de 4 años en esa situación. Parecía tener Alzheimer, aunado a otros problemas de salud, incluyendo esquizofrenia. Tal vez Venancio no fue a un médico a tiempo para poder saber su condición física y mental cuando aun había tiempo de evitar problemas, y creo sinceramente que sus malos hábitos influyeron para que su salud mental y física se destruyera. Espero que ni tu ni yo nos convirtamos en un "Venancio”. Cuidemos nuestra salud. Es un don de Dios.