No importa la edad que tengas o cuál sea tu origen. En algún momento de nuestras vidas, todos experimentaremos heridas, traiciones, abandonos y desamores. Y aunque esos momentos pueden parecer el fin del mundo, también pueden ser una oportunidad para el crecimiento personal y la madurez espiritual.
Si actualmente estás luchando por tratar de sanar tu corazón roto o has experimentado recientemente un acontecimiento traumático que te ha dejado destruido por dentro, Jesús quiere sanar tu corazón. La Biblia está llena de ejemplos de personas que experimentaron un gran dolor, pero que encontraron la paz al confiar en Dios.
En este artículo, exploraremos siete maneras en las que Jesús puede sanar tu corazón roto.
1- Recuerda que Dios conoce tu dolor
Cuando pasamos por un momento difícil, es fácil pensar que nadie más ha experimentado lo que nosotros estamos pasando. Pero esto no es cierto. Dios conoce el dolor de tu corazón roto porque también lo ha experimentado.
Para ilustrar este punto, imagine que está pasando por un momento difícil. Puedes sentir que eres la única persona que está pasando por esto, pero Dios está ahí contigo, sintiendo tu dolor junto a ti. Cuando Jesús estaba en la cruz, gritó:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Marcos 15:34).
Jesús también sentía nuestro dolor. Cuando pases por un momento difícil, recuerda que Dios sabe exactamente cómo te sientes. Lo que ha hecho por ti y por lo que estás pasando, lo ha hecho por otros y han pasado por lo mismo. Y él sabe exactamente cómo te sientes.
2- Deja que la Biblia te traiga consuelo
En el Salmo 34:18 dice: "Los justos claman, y el Señor los escucha; los libra de todas sus angustias".
En los momentos más oscuros de tu vida, puede que sientas que estás solo. Puede que sientas que nadie escucha tus gritos de ayuda. Si estás pasando por un momento difícil y te sientes solo, la Biblia puede darte consuelo. Es un libro que está lleno de esperanza y aliento.
Así es que, cuando estés pasando por una situación difícil, abre la Biblia y empieza a leer. Puedes leer sobre otras personas que han pasado por circunstancias similares y han experimentado el consuelo de Dios en sus vidas. Puedes leer pasajes que te han ayudado en el pasado. Puedes leer versículos que han ayudado a otras personas que están pasando por lo mismo que tú.
3- Reconocer que los corazones rotos pueden ser reparados
Todos los corazones rotos pueden ser reparados y transformados. Esto no quiere decir que vayas a olvidar lo que ha pasado o que tu dolor desaparezca de repente. Pero sí significa que tu corazón podrá sanar.
Al leer la Biblia, notarás que muchas de las personas que se enfrentaron a tener que sobrevivir con sus corazones rotos, encontraron sanación y plenitud en Dios.
Cuando los hermanos de José lo vendieron como esclavo y luego vinieron a Egipto a comprar grano durante una época de hambruna, no lo reconocieron. En lugar de hacerle daño, se disculparon y le pidieron perdón. Dios les perdonó y utilizó a José para reunir a los hermanos con su padre. Aunque José sufrió por lo que le hicieron, sanó y perdonó a sus hermanos gracias a la ayuda de Dios, pues entendió que siempre estuvo en sus santas manos.
También está la historia de Oseas y Gomer. Dios le dijo a Oseas que se casara con una mujer que tenía fama de ser infiel. Gomer había amado y dejado a muchos hombres en su vida, pero Oseas la amaba incondicionalmente. Tenía la esperanza de que ella podría cambiar y volver a serle fiel. Y un día, lo hizo. Gomer encontró la curación en Dios y se convirtió en una esposa fiel a Oseas.
4- Acude a familiares y amigos de confianza para que te apoyen
Cuando pasamos por un momento difícil es importante tener personas en nuestra vida con las que hablar. Algunas personas pueden tener un pastor o alguien con quien hablar. Otros pueden tener un amigo cercano o un familiar que esté dispuesto a escuchar.
Asimismo, también es valioso ser consciente de los diferentes tipos de personas que hay en tu vida. Algunas personas saben escuchar mejor que otras. Algunas personas son mejores dando consejos. Otras son mejores para orar o para hacer que olvides por un momento tus penas, pues son un bálsamo enviado por Dios en tus momentos de angustia. No hay ningún tipo de persona que sea mejor que otra. Pero es importante saber encontrar a las personas adecuadas que puedan apoyarte en función de cómo te sientas.
Cuando estás pasando por una situación difícil y no tienes a nadie con quien hablar, hay varios números de teléfono a los que puedes llamar, si crees que necesitas ayuda. Cada país tiene su línea de ayuda a la cual puedes llamar para que te auxilien.
5- Averigua qué puedes aprender de esta experiencia
Cuando ocurren cosas malas, a veces pueden parecer completamente inútiles. Es fácil preguntarse: "¿Por qué me ha pasado esto?". Sin embargo, las experiencias difíciles son a menudo oportunidades para aprender lecciones fundamentales que pueden ayudarnos a crecer espiritualmente.
Cuando uno pasa por un momento difícil es crucial preguntarse qué puede aprender de esta experiencia. Cuando el ganado, los sirvientes y los hijos de Job murieron, es posible que se haya preguntado qué estaba tratando de enseñarle Dios. La respuesta de Job a esta tragedia fue adorar a Dios y preguntarse: "¿Cómo puede una persona corriente como yo responder a Dios?"
Reconoció que no podía entender del todo por qué Dios permitía que le sucedieran estas cosas. Así que, en su lugar, eligió centrarse en lo que podía aprender de la experiencia y en cómo podía ser una mejor persona como resultado de ella. Aunque es importante buscar la justicia y preguntarse por qué nos ocurren cosas malas, también es importante encontrar lo positivo en nuestras experiencias difíciles.
6- A todos nos ocurren cosas malas, pero...
Cuando ocurren cosas malas sentimos que se nos acaba el mundo. Pero no necesariamente debe ser así.
Lo cierto es que a las personas buenas les ocurren cosas malas. A veces son inevitables. A veces son el resultado de las malas decisiones de otras personas o de ellas mismas. A veces son el resultado de la incompetencia. Es más, podría ser el resultado de desastres naturales.
Lo cierto es que a todos nos ocurren cosas malas. Y cuando ocurren, es valioso darse cuenta de que estos acontecimientos no necesariamente te deben hacer sentir mal.
Las cosas malas no son siempre un reflejo de tu carácter o un castigo de Dios. Pueden ser oportunidades para mostrar amor y compasión por los demás. También pueden ser parte del plan de Dios, pues te está preparando para algo mucho mayor. Estas situaciones pueden servir para unir a las personas y ayudarlas a crecer espiritualmente.
Recapitulación
Cuando estés pasando por un momento difícil, es importante recordar que Jesús puede sanar tu corazón roto.
La Biblia está llena de ejemplos de personas que experimentaron un gran dolor, pero que encontraron la paz al confiar en Dios. Cuando estés pasando por una situación difícil, abre la Biblia y empieza a leer. Puedes leer sobre otras personas que han pasado por circunstancias similares y han experimentado el consuelo de Dios en sus vidas.
Puedes leer pasajes que te han ayudado en el pasado. Puedes leer versículos que han ayudado a otras personas que están pasando por lo mismo que tú.
En fin, cuando pases por una situación difícil, es considerable que te des cuenta de que las cosas malas no necesariamente te deberían hacer sentir mal. Las cosas malas no son siempre un reflejo de tu valor o un castigo de Dios. Todo lo contrario, pueden ser para hacerte crecer espiritualmente, más fuerte, más sabio.