Este físico, seguro de su teoría, recibe confiado un balazo en su pecho desnudo

2024-05-07

Asumir los errores cometidos suele ser extremadamente difícil para algunas personas. Sin embargo, la mejor forma de crecer y evolucionar es admitir el error cometido y disculparse por ello. Debemos tener presente que no siempre nuestras decisiones serán las más acertadas y por consiguiente no nos quedará más que rectificar.

Para muchos el saber rectificar o pedir perdón es señal de debilidad, pero lo que en realidad demostramos al ponerlo en práctica es que tenemos la capacidad reconocer que nos hemos equivocado.

“Los errores solo tienen que servir para poder rectificar de ellos” y “El perdón es un milagro que nos permite seguir viviendo” Hannah Arendt.

Reflexionar sobre los errores

Reflexionar en nuestros errores, aceptarlos y pedir perdón requiere madurez y valentía, puesto que una disculpa que no es sincera empeora las relaciones personales e interpersonales.

Un perdón falso aumenta la desconfianza y pone distancia entre los afectados, sobre todo, cuando son cercanos a nosotros. Pero perdonar con el corazón es la mejor muestra de responsabilidad y respeto hacia uno mismo y las demás personas, por lo que requiere de mucho coraje, humildad y entereza.

Beneficios de enmendar, conceder y pedir perdón

Enmendar, conceder y pedir perdón tienen grandes beneficios para nuestra salud física y emocional, como lo son

  • Aumento de la autoestima.
  • Disminución de estrés.
  • Controla la ansiedad.
  • Desaparece la tristeza.
  • Elimina el malestar general.
  • Mejora la presión sanguínea.
  • Corrige la tensión arterial.
  • Relaja el cuerpo.
  • Libera la mente.

Perdonar no es olvidar, ni rectificar resta autoridad. Al contrario, tomar estas acciones nos equilibra emocional, física, mental y espiritualmente, por lo que se nos facilita ponernos en los zapatos del otro.

Estudio del perdón

La ciencia respalda esta información. Psicólogos como Robert Enright, pionero de la ciencia social, en su Estudio del perdón planteó un modelo de terapia del perdón que ha ayudado a muchas personas a superar procesos de salud, vicio, abuso y maltrato.

Hay personas que no son capaz de perdonarse a sí mismas. Este modelo de Enright plantea 4 fases que son:

  1. Reconocer los sentimientos negativos producidos por la ofensa.
  2. Decidir perdonar de forma real.
  3. Comprender al infractor.
  4. Empatizar con sentimientos positivos hacia este.

Muy parecido al modelo de Enright, están también las enseñanzas del sacerdote español San Josemaría Escrivá, este hombre educaba a sus fieles a vivir tomando acciones que se resumían a cinco verbos que son:

  1. Orar
  2. Callar
  3. Disculpar
  4. Comprender
  5. Sonreír.

Cualquiera de estos dos modelos va dirigido activar el espíritu de perdón, de olvido y de comprensión hacia aquellos que nos aquejan, al punto de manifestarles amor. Solo que esta actitud bondadosa requiere de mucha firmeza, valor y fortaleza.

En resumen

El saber rectificar o pedir perdón evita que nos estanquemos y nos rodeemos de energías negativas que nos enferman y arruinan la vida, pues al mostrar vulnerabilidad y arrepentimiento ante quienes queremos enmendar algo mejora la situación.

Recuerda:  “Nunca es tarde cuando se quiere admitir y enmendar un error".

Debemos dominar el arte de dar y recibir perdón para vivir en armonía y alcanzar la plenitud. Dejemos de lado el orgullo y hagamos que nuestra vida sea más alegre y llevadera por medio de la liberación personal y espiritual.