El Espíritu de Dios mora en nosotros y cuando es contrito (entristecido). experimentamos esa profunda depresión y sentimos que estamos lejos de Dios, por eso nos deprimimos. Pero como más abajo leemos, somos bienaventurados los que creemos en Dios porque Él nos puede sacar de la depresión y la tristeza
La depresión se caracteriza por sentir tristeza, culpa, desinterés y desánimo. En sí describe a una persona sufriendo. Cuando hablamos de depresión espiritual nos referimos a que el Espíritu Santo, que mora en nosotros, está sufriendo; está triste y apagado.
<<Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes>>. Mateo 5:3-12.
¡Qué bonitas son las bienaventuranzas que encontramos en el capítulo 5 de Mateo! Cuando leemos estos versículos nos damos cuenta que, aquellos bienaventurados son los pobres de espíritu, los deprimidos que han probado la amargura del hombre y se han dado cuenta que todo bajo el sol es vanidad.
A esos que se entristecen a pesar de los días, que guardan su corazón de la maldad y aman a su prójimo como a ellos mismo son los escogidos de Dios.
¿Por qué Dios ama a los pobres de espíritu?
1 Corintios 1:27-31 nos lo responde:
Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención— para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor».
Bienaventurados los que creen en Jesucristo y son rescatados de la angustia y la depresión. Dios no quiere que estés deprimido, él quiere ser el Rey de tu vida y romper las cadenas del pecado que tanto te hacen sufrir.
¿Por qué los pecados nos deprimen?
Los pecados nos deprimen porque nos corroen. No nos podemos deshacer de la naturaleza pecaminosa de nuestra carne, pero tampoco podemos dejar que el pecado destruya nuestra naturaleza espiritual devota a Cristo Jesús.
<< ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo>>. 1 Corintios 3: 16-17
Si dejamos que nuestro cuerpo sea destruido y dominado por la concupiscencia de nuestra maldad y rechazamos la salvación de Cristo. Dios se alejará de nosotros y seremos arrojados a las llamas por preferir lo malo y destruirnos a nosotros mismos.
Oración para liberarnos de la depresión espiritual
Dios misericordioso, vengo ante ti porque deseo tu corrección. Deseo obedecer tus mandamientos y darte mi vida en olor fragante. Tus palabras son más dulce que la miel y han suavizado mi duro corazón.
Señor, no permitas que me pierda en mis pecados y mis falsas preocupaciones que afligen tu Espíritu sin razón alguna. Ten piedad de mí y guíame en tus caminos. Ámame y hazme bienaventurado de tu Reino. Por Cristo mi Señor. Amén.