Ciudad Juárez, Chihuahua.- Clemente, durante años fue un asesino a sueldo de "Los Mexicles", organización de malhechores que se disputa el control de Ciudad Juárez.

Su estancia en diferentes prisiones le ha permitido conocer cómo se mueve la corrupción dentro de las prisiones. Hoy en día dice estar redimido y se dedica a "predicar la Palabra de Dios. Este ex sicario a través de su testimonio confiesa su historia.

Cuando tenía 12 años, después de la muerte de su padre, comenzó a socializar con las personas mayores de su colonia.

Clemente ahora lamenta su pasado, pues durante su infancia usó pastillas, tinta para zapatos, marihuana, thinner, gotas para los ojos... todo por drogarse. Cuenta además que en lo único que pensaba era en conseguir dinero para comprar la drogra que costaba unos 50 'varos'.

Como no trabajaba, para mantener su vicio se metía en las casas para robar aparatos electrónicos y otros objetos de valor, por lo que fue varias veces encarcelado en el Titular de Menores.

Este ex sicario cuenta cómo su madre siempre estuvo esperándolo para hacerlo ver lo malo de esas personas. Su madre lloraba cada vez que lo encerraban y sus lágrimas le conmovían, pero solo por un instante, pues luego volvía a lo mismo al estar libre.

Así estuvo hasta los 16 años, cuando entró por primera vez al Centro de Readaptación Social de Juárez, acusado de robo. Luego entraba y salía de varias prisiones, y fue allí donde se ganó el apodo del Dragoncito.

“Mi apodo es porque al inyectarme heroína mi cuerpo experimentaba un satisfacción que hacía que mis pelos se me levantaran y mi corazón se me quería salir. Cuando llegaba a mi estómago, todo lo que había comido lo vomitaba. Por eso el apodo”.

Durante los años siguientes seguía delinquiendo y drogándose, y cuando se le preguntó cuál fue su primer delito grave, contestó:

“Yo sé lo que se siente participar en un acto donde pierde la vida una persona, yo lo sé, no lo he olvidado”… “Hice de todo, menos violar”, dice arrepentido


Clemente no recuerda el lugar, ni la fecha, pero lo que sí recuerda es que estaba "enfiestado" con un amigo. Como ya habían consumido mucha cerveza, marihuana, pastillas, coca y heroína. Así que se subieron a una camioneta y a su amigo se le hizo fácil meterse en la casa de un narco a robar.

En la casa encontraron armas, drogas... y una familia. Enseguida comenzaron los gritos, llegó la gente de seguridad, a los que lograron someter, pero ... CONTINÚA EN LA PÁGINA SIGUIENTE CONTINÚA EN LA PÁGINA SIGUIENTE 

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