2024-05-07

A pesar de que se siguen los pasos obligatorios para la detección sistemática de virus, no es sino varias semanas después de haber nacido que los padres descubren que su hijo tendrá algún tipo de retraso motor o algún problema auditivo.

Tan solo en España nacen unos 2.400 niños al año con citomegalovirus, un virus que se encuentra en todo el mundo, y el cual está relacionado con los virus que causan la varicela y la mononucleosis infecciosa. Este virus, antes de los 40 años de edad, afecta entre el 50 al 80 por ciento de los adultos en los Estados Unidos. Una vez que el CMV penetra en el organismo de la persona, no desaparece, permanece ahí para siempre. 

El CMV es el agente infeccioso que se transmite con más frecuencia de madres a hijos, y es más frecuente que el zika, aunque es esté último el que ha acaparado los titulares en revistas y redes sociales. El zika solo ha afectado, hasta la fecha, a cinco bebés en España.

 

 

Síntomas del citomegalovirus

La sintomatología diversa del citomegalovirus hace difícil detectar la contaminación. Se pudiera dar una hepatitis o algunas alteraciones hemtológicas, pero lo más importante es que puede afectar el sistema nervioso central y provocar alteraciones en el cerebro, lo que podría llevar a desarrollar distintos grados de discapacidad. Es por esto que es necesario que el virus se detecte de forma rutinaria durante los cribados obligatorios para evitar las complicaciones que puede acarrear una infección de este tipo. 

Si este virus afecta con tanta frecuencia ¿por qué no se hacen pruebas de detección a tiempo?

"Los propios médicos no conocen esta infección, no tienen claro qué es esto. Por tanto, las madres no reciben la información", dice Fernando Baquero, especialista que más ha estudiado el citomegalovirus en España.

Baquero también agrega que muchos profesionales de la salud creen que no tiene sentido detectar la seropositividad en las madres. Es decir, buscar la presencia de anticuerpos específicos para combatirlo, aunque debes tener en cuenta que no existe vacuna disponible para prevenir una infección. Sencillamente, las medidas a tomar para evitar el contagio son difíciles de realizar. Por ejemplo, esta infección se conoce como "la enfermedad del segundo hijo" porque la madre suele contraerla a través de su hijo mayor, quien lo trae de la guardería, un lugar donde es extremadamente frecuente. En otros casos, por ejemplo, si la madre tiene toxoplasmosis es posible tomar ciertas medidas para evitar el contagio, como no comer carne, no comer verduras sin lavar, evitar contacto con gatos..., etc. "El problema del citomegalovirus es que la madre no presenta síntomas, y se transmite por la saliva".

El hecho de que este virus se trasmita por la saliva hace que se haga más difícil las labores de prevención, ya que esto implica no usar, por ejemplo, las cucharillas del niño, no besarle en los labios, higienizar sus juguetes y hasta usar guantes al momento de cambiarles el pañal. Estas medidas pueden sonar extremas, sin embargo, "Son medidas efectivas, si se llevan a rajatabla", explica el Dr. Baquero, y aclara que son muy difíciles de llevar a la práctica.

 

¿Cómo saber si el feto se ha contagiado?

Para determinarlo es necesario realizarle una amniocentesis, para analizar el líquido amniótico. Esta es la única forma de comprobarlo. Sin embargo, la prueba puede producir abortos en algunos casos. 

En resumen, no sirve de gran cosa saber si existe la presencia del virus. Es más, los cribados generan angustia innecesaria en la madre.

Actualmente se están probando tratamientos experimentales como la gammaglobulina hiperinmune, un tratamiento muy costoso solo al alcance de unos pocos en muchos países. Este suero contiene anticuerpos específicos que disminuyen la posibilidad de que el citomegalovirus se transmita al feto. El uso de retrovirales parecen disminuir el riesgo de desarrollar disminución de la capacidad auditiva en los bebés infectados.

 

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