En nuestro acelerado mundo, hay muchas cosas que pueden competir por nuestro tiempo y atención. Entre ellas está la procrastinación, un pecado sutil pero destructivo.
Así es, la procrastinación es un ladrón que nos roba tiempo, paz y alegría. Desgraciadamente, la mayoría de la gente no ve la procrastinación como un problema serio o algo de lo que preocuparse. Por el contrario, los procrastinadores tienden a verlo más como un hábito incómodo que como un fracaso pecaminoso de hacer lo que sabemos que debemos hacer.
Sin embargo, el hecho de que no se hable mucho de este pecado no significa que no tenga graves consecuencias en nuestras vidas. De hecho, es uno de los peores enemigos de la superación personal y del éxito en la vida. Veamos más de cerca por qué...
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es el acto de posponer algo que debe hacerse. Todos procrastinamos a veces, pero algunas personas tienen un problema crónico con la procrastinación y siempre están aplazando las cosas.
Es fácil posponer las tareas, porque no son divertidas o son difíciles de hacer. A veces, la procrastinación es una señal de que algo va mal en nuestra vida y de que tenemos que hacer algunos cambios, pues la procrastinación puede causar estrés, afectar a tu salud y tener un impacto negativo en tus relaciones.
También puede costarle dinero, especialmente si sigue posponiendo tareas importantes como la declaración de impuestos, por poner un ejemplo. Las investigaciones demuestran que la procrastinación es un hábito vinculado al sistema de recompensa del cerebro, responsable de nuestras emociones y sentimientos de placer y felicidad.
Los efectos de la procrastinación
- Arruina tu salud: Los estudios demuestran que los procrastinadores tienden a ser menos saludables que los que no procrastinan. Son más propensos a sufrir una amplia gama de problemas de salud, desde la ansiedad hasta la diabetes.
- Perjudica tus relaciones: si eres una persona que siempre deja las cosas para el último momento, probablemente tengas muchos proyectos sin terminar. Esto puede convertirte en alguien poco fiable, lo que a su vez puede hacer que la gente pierda la confianza en ti y acabe perjudicando tus relaciones.
- Reduce tu autoestima: La procrastinación también tiene un efecto negativo en tu autoestima. Las personas que procrastinan crónicamente tienden a tener una baja autoestima. Tienden a sentirse avergonzados y culpables, incluso cuando no tienen nada de lo que sentirse culpables.
- Puede llevarte a la quiebra: Los procrastinadores tienden a tener muchos proyectos inacabados. Esto puede suponer grandes gastos si tienes que pagar a gente para que termine el trabajo que has estado posponiendo.
- Puede arruinar tu carrera: Si eres un estudiante o un profesional con un problema crónico de procrastinación, puede costarte tu carrera. El mal hábito de dejar las cosas para el último momento es un signo de mala gestión del tiempo y de falta de disciplina.
¿Por qué procrastinamos?
La mayoría de los procrastinadores no se dan cuenta de que hay factores psicológicos que les hacen dejar las tareas importantes para el último momento. La razón más común para procrastinar es que las personas consideran que las tareas que tienen que hacer no son interesantes o son difíciles. Otros pueden aplazar las cosas porque tienen miedo de no hacer un buen trabajo.
Asimismo, a veces, simplemente no tienen un sistema para mantenerse al día con su trabajo. Otras veces, la procrastinación es una señal de que algo va mal en su vida.
La procrastinación puede estar causada por una serie de factores. Es posible que estés procrastinando si te sientes distraído o tienes problemas para mantenerte concentrado. Puede ser que te cueste mucho ponerte a trabajar en proyectos que sabes que tienes que hacer. También es posible que te encuentres haciendo otras cosas en lugar de aquello en lo que sabes que debes trabajar.
Consejos para dejar de procrastinar y ponerse a trabajar
- Deshazte de las distracciones. No puedes hacer las cosas si te interrumpen constantemente o si tienes demasiadas distracciones a tu alrededor. Antes de empezar a trabajar, despeja tu mesa y deshazte de todo lo que pueda distraerte, incluido el teléfono.
- Márcate plazos. La mejor manera de dejar de procrastinar es fijarse plazos estrictos. Cuando tienes demasiado trabajo y no sabes por dónde empezar, es fácil dejarlo todo para el último momento.
- Duerme lo suficiente. Puede que descubras que tienes más energía para completar las tareas si duermes lo suficiente cada noche.
- Busca formas de motivarte. Si te cuesta motivarte para empezar, intenta encontrar formas de hacer tu trabajo más interesante. Encuentra formas de hacer que tu trabajo sea más relevante y aplicable a tu vida.
- Identifica qué es lo que te frena y aborda la causa principal.
Conclusión
La procrastinación es un pecado sutil, pero destructivo que nos roba tiempo, paz y alegría. Muchas personas no lo ven como un problema, pero es uno de los peores enemigos de la superación personal y el éxito en la vida.
Si eres culpable de procrastinar, deshazte de las distracciones, establece plazos, duerme lo suficiente y encuentra formas de motivarte para empezar a hacer lo que tienes que hacer.
«Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:16).