57 años después y él aún la ama con locura

2024-05-07

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....Porque Lorena culpaba a Arnulfo, ya que ella misma le había sugerido -rogado- que hiciera los ajustes necesarios, antes de que sucediera el accidente. Pero él fue necio y no lo hizo. Eso los arruinó.

Después de sufrir por varios meses apartados el uno del otro; y después de un intento de suicidio por parte de Arnulfo, Lorena reconoció que su más grave error fue: “…Haberte menospreciado, y haberte sacado de mi vida, y aun casi odiarte, fue mi más terrible error…” 

Dice Lorena: "Después del fracaso financiero, se necesita mucho el dinero, pero el dinero no lo es todo. El perdón, el conservar el amor y la armonía matrimonial y familiar es lo más importante. Yo cometí muchos errores después de querer sacar a mi marido de mi vida. El cometió errores, y hasta mis hijos actuaron erradamente. No estamos hechos para vivir sin el lazo de amor familiar. Así habíamos crecido y pasado por muchos problemas, pero seguí malos consejos y cometí el error de buscar la separación. Me arrepiento, y gracias a Dios que ya estamos juntos de nuevo".

“… ahora reconozco, continúa diciendo Lorena, que Dios no quiere la separación de un matrimonio donde siempre había reinado el amor…bueno…durante muchos años reinó el amor, pero, por no buscar la voluntad de Dios, nos fuimos alejando de Él. Y después pusimos nuestros ojos en el dinero, y yo en las vanidades y las falsas amistades. … pero ahora entiendo que el amor se puede recuperar. La llama puede renacer. Pero para esto, primero hay que reenfocar nuestras prioridades y buscar a Dios: ir a la iglesia juntos, leer la biblia juntos o libros que testifiquen de la palabra y el poder de Dios….”.

Así que, amiga, no te alejes de Dios. Y si es un varón quien está leyendo. En la prosperidad y en el fracaso, el peor error que cometemos los hombres es olvidarnos de que hay un Dios. A este punto de tu vida ya no tienes argumentos para negar su existencia, su amor; y el hecho de que Dios si tiene un plan para ti y para tu familia.

Segundo consejo. Conoce a tu marido, “busca” a tu marido.

¿Ya estás buscando a Dios? Bueno, ahora busca a tu marido. ¿¿QUÉ?? ¿Y eso qué es? Me preguntó una dama joven. Espero que para ti, amiga lectora este concepto no sea extraño: es bíblico. Y ahora, un doble ¿¿¿QUEEEE???? ¿Bíblico?

Lee el libro El Cantar de Los Cantares. En el capítulo 3, la joven acerca de la cual narra ese libro, se levanta por la noche y no encuentra a su marido. Extraña su presencia, extraña su amor. Su corazón lo extraña, su cuerpo lo extraña. Y desesperada sale a buscarlo, diciéndose a sí misma que cuando lo encuentre, lo llevara hasta la recamara y lo demás te lo puedes imaginar. Léelo, ahí está. No es difícil imaginar las bellas escenas de amor que nos narra ese libro.

Algunas personas se aferraran a que ese libro se refiere solamente al amor de nosotros para Jesús y Su amor para nosotros. Es verdad. Este libro también se puede leer pensando en el amado de nuestras almas, Cristo Jesús. PERO ESA NO ERA LA INTENCION ORIGINAL DEL ESCRITOR DE ESE LIBRO. La intención original es narrarnos una bella historia de amor donde reina el mutuo afecto y la desesperación por encontrarse el uno al otro y amarse.

Pues, tal vez tu amado varón no tenga el ánimo ahora “para esas cosas”, pero ¿Qué no eres tú la que está buscando a Dios? Pues ya lo encontraste. Ahora busca a tu marido. ¿Lo conoces bien? ¿Qué es lo que lo desanima? ¿Qué es lo que lo levanta? Los amigos, las fiestas, el dinero…¡olvídalo!…Lo que lo va animar y levantar es ese fuerte amor que tienes por él. Por Dios, primeramente y después por tu marido.

De hoy en adelante, conscientemente vas a buscar la ocasión para estar con él; hablar con él, platicar, reír, compartir, comer, soñar. Si él no está de humor. No importa. Si él te rechaza, tu amor es más fuerte; así que aguanta y continúa buscándolo. Temprano, tarde, al mediodía, a toda hora posible (no significa que tengas que acosarlo en su trabajo) le puedes llamar, le puedes textear. Mandarle una foto, una imagen de amor; una frase, un versículo; un recuerdo bello del pasado.

Algunas mujeres se me quedan viendo con los ojos bien grandes cuando les he dicho esto. ¿Por qué a algunas mujeres se les hace tan difícil luchar por el hombre que aman? 

Dios te está hablando, amiga. Tienes que luchar por el hombre que amas, y si no alguien más te lo quitara. ¿Otra mujer? Tal vez, pero yo me refiero a que la depresión, el desánimo, el divorcio, el vicio, y la muerte también te pueden quitar a tu marido, si tú no lo cuidas.

Y si antes no te habías propuesto “buscar” con todas tus fuerzas el hacer crecer la llama del amor en tu relación, es hora de hacerlo. En el libro El cantar de los cantares, la joven está desesperada por encontrar a su amado y consumar su amor. Y tú, ¿también estás desesperada por hacer volver a ti a ese hombre que tú amas? Ahora, aquí te va el secreto que estabas esperando:


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