La parábola de los talentos se relaciona con la realización de valiosos y grandes obreros para Su mies. Lo que Jesús les estaba diciendo a sus apóstoles era que tenía la intención de multiplicarlos, bendecirnos y librarnos de la muerte eterna.
Si lee la Biblia con atención, verá que, aunque las cosas parecen estar mucho peor, Dios ha bendecido a la humanidad de diversas formas a lo largo de los siglos. Una de estas formas son los dones o talentos que Dios pone en cada uno de nosotros.
¿Sabes cuáles son tus talentos?
Jesús tiene dos talentos: uno para ser un gran maestro y otro para ser un gran pastor. Estos son los mismos dos talentos que se nos ha dicho que debemos codiciar. Pero, ¿cómo sabemos qué talentos tenemos?¡Jesús lo sabe!
Analicemos la Parábola de los Talentos en Mateo 25: a tres siervos se les da una cierta cantidad de dinero para que la inviertan con la esperanza de obtener una recompensa.
Los dos primeros invirtieron sus talentos y con el tiempo vieron una abundante cosecha que duplicaba su tamaño, pero el tercer siervo decidió enterrar su talento en la tierra para esconderlo. Su talento no rindió nada porque estaba escondido.
De la misma manera, tenemos una oportunidad con el tiempo que se nos da para invertir en los demás y en nosotros mismos para producir no solo la cosecha para el jardín de nuestra vida, sino en primera instancia para el Reino de Dios.
A continuación, compartimos algunos consejos para crecer en la fe en familia:
1. Talento para escuchar
Muchos de nosotros estamos tan ocupados en otras cosas, que no tenemos tiempo de escuchar atentamente y absorber lo que la otra persona nos está compartiendo. De hecho, a veces la persona se abre y nos cuenta cosas que jamás le ha contado a alguien más, pero estamos tan ocupados que fingimos que estamos escuchando; como resultado, la otra persona termina arrepintiéndose de haber confiado en nosotros.
Esta es una de las mejores formas de usar el talento que Dios nos dio para escuchar a los demás. Nos da una idea de lo que significa ser humano mostrándonos lo que Jesucristo logró. Al escuchar sobre los frutos de su ministerio podemos encontrar fortaleza y desarrollar nuestros talentos.
Ten presente que Jesús sabía reconocer a los necesitados y les ofrecía su ayuda. Él se tomaba el tiempo para escuchar a la gente, aun cuando ya sabía de antemano lo que les estaba pasando. Si crees que tienes el talento para ofrecer ese don a los demás, pero eres un poco tímida o tímido para mostrarlo por temor al rechazo, entonces puedes considerar el ejemplo que nos dio Jesús en su parábola. En lugar de esconder tu talento y pensar que no eres lo suficientemente bueno o buena para mantener una conversación con alguien, solo calla y escucha.
“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse”, Santiago 1:19
2. Aprovecha el tiempo
Aprovechar el tiempo es valioso. Decidir qué vas a hacer con el tiempo que Dios te ha dado es una de las decisiones más importantes de tu vida. Depende de ti cómo vas a utilizarlo o desperdiciarlo tal y como lo hizo el siervo que enterró su talento.
Sin embargo, la mejor forma de aprovechar el tiempo es invertirlo en Dios, los demás y en nosotros mismos.
Así como debes tener tiempo para escuchar, también puedes sacar tiempo para compartir una comida, reír o participar en alguna actividad rodeado de personas que también desean tu compañía.
Disfruta y aprovecha este tiempo, así no te arrepentirás cuando llegue el final de tus días.
3. Cultiva la empatía
El tema sobre cómo cultivar la empatía puede ser largo, pero un buen lugar para comenzar es mirarse a sí mismo.¿Por qué a veces te sientes tan desconectado de los demás?¿Encuentras que te enojas rápidamente y te sientes frustrado con los demás, y te sientes molesto por cosas pequeñas?
El primer paso para responder esas preguntas es examinar tus propios comportamientos. Es posible que pueda ver dónde le falta empatía o compasión.Y, una vez que sepa dónde necesita hacer mejoras, puede comenzar a aplicar esos cambios en otras áreas de su vida.
Otro paso importante sobre cómo cultivar la empatía es no juzgar rápidamente a los demás.Todos reaccionamos a las situaciones de manera diferente, y cuando reaccionamos, podemos decir o hacer cosas sin darnos cuenta que hacen que otra persona se enoje o hiera.
Como te hemos dicho más arriba es importante tener paciencia al escuchar la experiencia de otra persona y darles el espacio para desahogarse sin aprovechar la situación. Incluso si ha tenido malas experiencias en el pasado es importante recordar que todos cometemos errores.Es la forma en que manejamos esos errores lo que determinará nuestro nivel de empatía con otra persona.
La empatía es esencial para construir relaciones sanas y sólidas, y si siente que le falta esta área, entonces pídale sabiduría a nuestro Señor, pues Él ha prometido que te la dará.
4. Cultiva la disposición
¿Cómo cultivar la buena voluntad? Es una pregunta que se hace a tantas personas que buscan crecimiento espiritual. Mientras que hay mucho que hacer para que una persona sea una "buena persona", pues constantemente vivimos luchando por parecernos a Jesús.
Así es que, si desea cultivar la disposición debe querer mejorar las cosas para todos los demás. La forma de cultivar la buena voluntad es, por lo tanto, una especie de viaje de autodescubrimiento para aquellos que se embarcan en el viaje junto a Jesús.
¿Cómo cultivar la buena voluntad?, en el sentido más simple, se reduce a tomar la decisión de seguir a Cristo, imitando sus buenas acciones en lugar de hacer el mal. Si eres alguien que quiere ayudar a los demás, sé amable y generoso como lo fue nuestro Señor.
Es decir, si deseas ayudar al prójimo, sé amable y generoso. Si eres alguien que quiere ver a otra persona sobresalir en su propio campo de trabajo, sé amable y generoso. Si quieres ayudar a tu nación a crecer como una nación fuerte y estable, sé amable y generoso.
Estas acciones pueden parecer pequeñas y sin importancia en la superficie, pero cuando miras más profundamente en ellas, puedes ver que tienen efectos de largo alcance y ramificaciones a largo plazo. Lo más importante cuando se aprende a cultivar la buena voluntad es mantenerse en oración constante.
En otras palabras, no importa lo que pase en tu vida personal, cuando se trata de ayudar a otros, siempre ganarás al final. Y cuando ayudas a otros con amabilidad, no puedes evitar ser más amable. Y si ese es el caso, entonces estás en camino de convertirte en un hijo de Dios.
5. Cuida de ti
Una vasija rota, no puede albergar su contenido.
Si estás en los brazos del Señor y alguien te pregunta cómo cuidarte, tienes que poder responder con confianza.Esto se debe a que hay muchos conceptos erróneos que la gente tiene en lo que respecta al cuidado personal.En el mundo de hoy, hay muchos hombres y mujeres que son menos conscientes de las cosas que deben hacer para cuidarse a sí mismos.La ignorancia puede causar muchos problemas en la vida.
El cuidado personal no es egoísta, debes invertir en ti mismo para que puedas invertir en los demás. Recuerda, uno no da lo que no tiene. Por ejemplo, salir y atender tus necesidade es una muy buena manera de reducir el estrés.Cuando salga más y haga cosas como caminar, andar en bicicleta y salir a trotar, podrá reducir el estrés y, al mismo tiempo, aumentará su felicidad en Cristo, al darte cuenta de todo lo bueno que te da cada día.
Por tanto, cuida de ti, deja que Dios te transforme en una vasija nueva capaz de albergar su gran amor.
6. Pasa más tiempo con Dios
Muchas personas están buscando formas de cómo pasar tiempo con Dios... ¿Alguna vez te has sentado y has pensado realmente qué es lo que quieres obtener de tu tiempo aquí en la Tierra? Si no lo has hecho, estoy seguro de que la respuesta es no. Cuando no tenemos una comprensión de lo que queremos de la vida, a menudo nos quedamos tan atrapados en ganarnos la vida que nos olvidamos de las cosas que más deseamos.
Si realmente quieres saber cómo pasar tiempo con Dios... Si quieres aprender a darle toda la atención que se merece, y quieres averiguar cómo ser un hijo de Dios mientras disfrutas del tipo de paz y alegría que viene de saber que estás haciendo su voluntad al compartir cosas buenas y sirviendo a los demás, entonces necesitas empezar a ver la vida de manera diferente. El primer paso es entender quién es Dios y cuáles son sus atributos. Una vez que lo hagas, podrás avanzar hacia formas en las que puedas pasar tiempo con Dios.
Si quieres saber cómo pasar tiempo con Dios... El primer paso es tener una idea muy clara del papel de Dios en tu vida. Una vez que lo hayas averiguado, serás capaz de pasar tiempo con Dios. Sentirás una necesidad de orar, leer sobre su Palabra y ver de qué formas agradarle. Pasando más tiempo con Dios, Él te preparará para moverte hacia el cumplimiento de su propósito en ti.