Llegar a la gente, especialmente a los que tienen el corazón roto y herido, es la esencia del creyente. Sin embargo, muchos creyentes hoy en día luchan por tener fe.
Así es, no es que no estén dispuestos a confiar en Dios, sino que su confianza en Él no es tan fuerte como antes. Imagina, con todo el mal en el mundo de hoy, puede ser difícil para algunos seguir creyendo en algo tan bueno.
¿Cómo podemos cultivar la fe en un mundo al que no parece importarle? Sigue leyendo y descubre cómo puedes fortalecer tu fe hoy.
Dejar de esperar que la fe se sienta de una manera determinada
Cuando no experimentamos ciertas sensaciones, muchos de nosotros asumimos que nuestra fe es escasa. Esperamos sentir ciertas emociones cuando oramos, leemos la Biblia o nos encontramos en situaciones que requieren confianza en Dios.
Cuando estas emociones no surgen, nos ponemos ansiosos y la ansiedad nos lleva a la duda. Pero la fe no tiene que ver con los sentimientos. Más bien, es nuestra decisión de confiar en Dios incluso cuando no sentimos su presencia.
Así es, si nuestras emociones no coinciden con los sentimientos que esperamos, entonces nos desanimamos y nos rendimos. Tenemos que dejar de esperar que la fe se sienta de una manera determinada, y en su lugar aprender a cultivarla desde dentro hacia fuera.
Orar constantemente
La oración es la herramienta más poderosa para fortalecer la fe. A través de la oración tendemos un puente entre nosotros y Dios.
Así como lo lees, a través de la oración, también podemos pedir la ayuda de Dios para fortalecer nuestra fe y podemos compartir nuestras preocupaciones con Él.
Al orar constantemente, puedes fortalecer tu fe de manera significativa. Esto significa que, aunque no tengas ganas de orar, debes obligarte a hacerlo. Y la mejor manera de empezar es utilizando un diario de oración.
Hoy en día tenemos a nuestra disposición muchas aplicaciones descargables que nos ayudan a llevar un diario de oración en tu celular. Si lo prefieres, puedes seguir usando el cuadernito de siempre. Ahí puedes seguir anotando tanto tus peticiones como la de las personas que te piden que ores por ellas.
Meditar en las Escrituras
La Biblia es la Palabra divinamente inspirada de Dios. En ella encontrarás instrucciones sobre cómo vivir tu vida, qué hacer en situaciones concretas y cómo tener una relación significativa con Dios.
La Biblia es también la única fuente de información sobre lo que Dios siente por ti. Estudiar la Biblia te ayudará a fortalecer tu fe porque te ayudará a entender la voluntad de Dios para tu vida. La lectura de la Biblia te mostrará cómo utilizar la fe en tu vida diaria.
La Palabra de Dios es la fuente de toda verdad. Cuando leas la Biblia, aprenderás que no necesitas estar ansioso por nada. Cuando estés en una situación en la que necesites fe, podrás sacar fuerzas de la Palabra de Dios, y serás capaz de completar cualquier cosa que Dios te haya llamado a hacer.
Créeme cuando te digo que leer la Biblia fortalecerá tu fe porque te mostrará el amor de Dios por ti.
Concéntrese en su propia relación personal con Dios
Cuando centramos toda nuestra fe en una situación específica, tendemos a recurrir a esa fe sólo cuando la situación lo exige. En cambio, cuando nos centramos en nuestra propia relación con Dios, podemos recurrir a ese pozo de fe inagotable siempre que lo necesitemos.
Cuando acudas a Dios con cada duda y temor y con cada necesidad, fortalecerás tu fe. Aprenderás a confiar en Él en los momentos difíciles y descubrirás que siempre está ahí para ayudarte a superar cualquier obstáculo.
Recuerda que la fe es un proceso y no un punto final
Muchos de nosotros tenemos la mala costumbre de esperar resultados inmediatos. Cuando las cosas por las que oramos no suceden instantáneamente, asumimos que Dios no está respondiendo a nuestras oraciones. Pero Dios tiene un calendario diferente al nuestro.
Así es, Él no mira el calendario sino el corazón. Cuando una situación está fuera de tu control, puedes orar para que Dios intervenga. Pero si la situación a la que te enfrentas es algo que puedes cambiar, entonces deja de esperar a que Dios lo haga por ti.
Amiga, amigo lector, si quieres crecer en la fe, entonces empieza a trabajar hacia esa meta. Deja de esperar a que Dios venga y lo haga todo por ti y da el primer paso para fortalecer tu fe.
Conclusión
La fe es un rasgo que comparten todos los grandes personajes de la historia. Es algo que todos podemos cultivar en nuestro interior. No es una tarea fácil, pero es alcanzable.
Con estos consejos, puedes fortalecer tu fe y hacerla crecer. Puedes tener esperanza y ver cómo tus sueños se hacen realidad. Puedes hacer del mundo un lugar mejor, y puedes hacerlo todo con fe. Recuerda, sin fe es imposible agradar a Dios.