¿Será mi culpa que mi marido ya no me pone atención?

2024-05-07
DiosEsBueno.com

¿Alguna vez te has puesto ROJOROJA de la envidia?

La envidia es aquel sentimiento de tristeza airada o disgusto que experimenta una persona por el bien ajeno.

Ocasionalmente, el envidioso siente el deseo compulsivo de poseer lo que el otro tiene o simplemente desvalorizar a la persona objeto de su envidia, para destacar sus propias cualidades.

El objetivo de los envidiosos son personas de éxito, felices y conformes con su situación personal.

No hay que confundir la envidia con los celos o la admiración, pues la primera surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio y la segunda es una consideración especial que se tiene hacia alguien por sus cualidades, hasta el punto de imitar sus acciones procurando igualarlo o superarlo.

Las diversas formas en que se manifiesta la envidia en una persona, no son más que las secuelas de los sentimientos de inseguridad que esta posee. En sí, la envidia se constituye en un mecanismo de defensa, contra la propia percepción de inferioridad, transfiriendo de este modo el desprecio hacia otros. Por lo general, es una actitud que nos dirá más del envidioso que de la personalidad del envidiado.

La envidia puede pasar de un tenue desprecio a una obsesión, Si usted percibe que alguien le envidia,  ignórelo. La envidia es un mal que al único que puede dañar es al propio individuo que la padece. Ahora bien, si esta afecta el comportamiento del individuo puede concluir en el claro deseo de hacerle daño a la otra persona tanto emocional, profesional, social, familiar, e inclusive físicamente.

Mal de ojo:

La envidia es la razón de los malos deseos de muchas personas, a raíz de esto son muchos los que creen en el “mal de ojo”. Para los que están convencidos de esta paranoica idea, cada cosa mala que les sucede es fruto de la envidia y no de sus propios actos.

¿Cómo puedo detectar un envidioso?

 Identificar a una persona envidiosa a veces resulta ser algo complicado, puesto que en algunos casos cubren ese sentimiento con buenos tratos y solapadas muestras de aceptación. No obstante, en otras personas, la envidia se hace evidente a través de sus actos.

La envidia se puede manifestar de diversas formas como son: las difamaciones, ofensas, agresiones, críticas, rechazos, rivalidades y hasta venganzas.

Inconscientemente se sienten realizados al satisfacer o lograr eso que envidiaban y no tenían, inclusive a expensas del otro. Los envidiosos a menudo son personas incapaces, que ven los logros ajenos como inmerecidos, que consecuentemente descargan su incertidumbre al estropearlos. Por lo tanto, la clave está en presentarlos a Dios. Él es capaz de transmutar toda esa energía negativa en amor, porque Él es amor. Él te cuida incluso hasta de ti mismo... solo confía.

 

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