Cuatro días antes de morir, niño habla de su deseo de irse al cielo con Jesús

2024-05-07
Cómo saber si te quiere de verdad tu pareja





Hola, buenas tardes:

¡Dios les bendiga! Hoy quiero compartirles el problema por el cual estoy pasando. Amigos, se trata de una separación…

No me casé, sólo nos juntamos. Hace tres años y medio mi marido me fue infiel con la mujer de su mejor amigo. Ese fue un golpe muy bajo. Esa infidelidad fue un infierno total para mí porque tanto él como ella, me hacían la vida imposible; hasta el punto de que, él, por ella,  me llegó a pegar. Me pegó en varias de las discusiones que teníamos a causa de ella. Yo aguanté ocho meses así. Cuando ya no pude más, me fui de la casa. No tuve más remedio que irme a la casa de mi mamá.

A los tres días él me llamó. Siempre tuvimos contacto por teléfono. Al mes llegó a visitarme y estuvimos como si nada hubiese pasado. Estuvo tres días conmigo y luego se regresó a su casa.

Durante esos cuatro meses fue la única vez que lo vi, ya que sólo teníamos contacto por chat.

En enero de 2011, mi suegra cae en el hospital. Por este motivo él me pide que los visite por dos semanas. Esas dos semanas se convirtieron en cuatro meses, pero por problemas con su familia, él me pidió que regresara a casa de mi mamá para que los problemas no me afectaran…

Hasta la fecha, nunca supe si realmente lo hizo por eso o porque no quería estar conmigo. El caso es que estuvimos cinco meses más separados; de los cuales sólo una semana estuvo en mi casa de visitas.

Comencé a trabajar, pero perdí el trabajo. Yo me desesperé porque lo extrañaba mucho y por impulso me regresé sin decirle nada. Al principio, no me quería aceptar, pero parece que no le quedó de otra.

Así seguimos juntos, con problemas. En septiembre de 2012, note algo raro en él: era muy odioso, poco amoroso. Además, chateaba  mucho, entre otras cosas más, por lo cual discutíamos. Yo lo abandoné por una semana y, por mi mismo impulso, me regresé. Él ya no me aceptó y vivimos dos meses bajo el mismo techo, pero separados. Eso fue en septiembre de 2012. En noviembre del mismo 2012, yo me resigne a  que ya no podíamos estar juntos. Así que preparé mis cosas y él me detuvo. Fue solo así que volvimos, hasta el 24 de enero de este año 2014.

Bueno, seguimos juntos y, otra vez comencé a notarlo raro conmigo. Sentía que otra vez tenía amante y me juraba que no; que yo estaba equivocada. Ya la gente comenzó a decirme cosas de él. Igual que en el mismo caso anterior. Claro que antes yo nunca lo vi, pero casualmente el 24 de enero de 2014, mi suegra estaba de cumple y  me fui después del trabajo a comprarle su regalo, y… para mi sorpresa en el centro comercial donde fui, lo encontré muy abrazado con su amante. Ustedes ya se imaginarán lo que sentí cuando lo vi porque, sinceramente, había creído en él una vez más….

¿Qué creen que pasó? ¡Hmm! Otra vez la defendió a ella y a mí me trató mal. Quise reclamarles porque – nuevamente- a esa mujer, también la conozco.

Inmediatamente me fui de la casa. Ahora vivo con una amiga y sigo en mi trabajo. Estoy orando, visito una iglesia y, aun así, me siento vacía.

A los nueve días él me llamó. Quería verme y le dije que no. Seguimos en contacto y él me pidió disculpas y me dijo que volviéramos, pero en dos meses. Yo me enojé porque entiendo que la que necesita tiempo, soy yo. Sin embargo, no le pedí tiempo. Así que le di un mes. También le pregunté si me quería; le pregunté que para qué necesitábamos tiempo. Me dijo que es porque necesitaba hablar con su mamá para que no diga que esta relación es un juego. También me dijo que necesita que, yo asimilara bien las cosas; para que, una vez juntos, yo no le reclame todo lo que me ha hecho.

En resumen, me puso varios peros, los cuales vi ilógicos, pero acepté. Hasta tuvo un lindo detalle de darme un regalo por lo del 14 de febrero.

Ahora no como ni duermo. Estoy muy mal de tanto pensar. No me siento bien con la propuesta que me hizo. He estado muy enferma y él ha estado muy pendiente de mí. Pero aún así, siento que él no es sincero.

Yo lo quiero a pesar de todo. Pido fortaleza al Señor. Por favor, oren por mí.  Yo lo dejé ir para que él ponga sus pensamientos en orden. Eso significa que yo esté disponible para cuando él quiera. Por eso se lo dejo a Diosito, tanto mi vida como la de él.

Les pido que oren y me digan, ¿qué puedo hacer en mi caso? Necesito fortaleza y solo Diosito me la puede dar, y el consejo de ustedes, me será de gran ayuda.

Gracias por leer esta nota tan larga. ¡Dios les bendiga!



 

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