Ya conocemos nuestra naturaleza humana, somos muy emocionales. Por tanto, cuando lloramos, expresamos nuestro dolor. De hecho, somos tan emocionales que muchos de nosotros hasta "llora de la risa". Pero, ¿qué dice la Biblia sobre el llanto? ¿Dios llora con nosotros?
La Palabra de Dios nos dice que debemos llorar con los otros. También debemos alegrarnos con los demás. "También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás" (Romanos 12:5). Ahora bien, ¿llora Dios cuando nosotros lloramos? ¿Alguna vez te has hecho esta pregunta?
Sí es así, ¿cuándo llora Dios? ¿Cuándo estamos mal? ¿Cuándo estamos enfermos? ¿Cuándo estamos en problemas serios?
En verdad, ¿Dios llora? Como podrás recordar, Jesús lloró en varias situaciones.
Jesús es Dios. En forma humana nos reveló al Padre. Se lo aclaró a Felipe cuando le dijo: "¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre?"
¿Cuándo llora Dios?
Al analizar las ocasiones en las que Jesús lloró podemos aprender cuándo y por qué llora Dios. En la Biblia se menciona que Jesús lloró tres veces: 1. Lloró al ver los pecados de la humanidad. 2. cuando supo la noticia de que su amigo Lázaro había muerto, pues lloró por la angustia de los que amaba. 3. También lloró en el Huerto de los Olivos, cuando estaba a solas con su Padre, antes de su crucifixión. Si Jesús lloró, entonces... Dios llora.
Ahora la pregunta lógica sería ¿Dios aún llora con nosotros? Jesús prometió que no nos dejaría solos. Dijo que enviaría al Consolador. Este es el Espíritu Santo.
"Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre" Juan 14:16).
¿Qué hace el Espíritu Santo? ¿Quién es él?
Algunas personas se sorprenden al saber lo que dice la Biblia sobre la relación entre Jesús y el Espíritu Santo. A veces preguntan: "¿Qué hace el Espíritu Santo?" Si bien es cierto que la Biblia se refiere al Espíritu como el ayudador de Jesús, no dice mucho más sobre él. Nunca se le llama por su nombre en el Nuevo Testamento y rara vez actúa como representante de Jesús. Pero esto no es necesariamente algo negativo.
El hecho de que la Biblia no llame al Espíritu por su nombre no significa que no exista. La Biblia lo llama espíritu y se le conoce como "un hombre que tiene aliento de vida". Como resultado de esta designación, la Biblia nos da una idea del papel y las actividades de esta parte misteriosa e importante de la Deidad.
También podemos ver un destello de su propósito al ayudar a llevar a cabo la obra de Jesús en el mundo de hoy. Como dijo Jesús, "el Espíritu Santo será su ayuda en tiempos de necesidad", para que podamos tener una idea de su misión. De hecho, el libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito durante la mitad del ministerio terrenal de Jesús, nos da un excelente ejemplo de la forma en que el Espíritu nos ayuda hoy.
El Espíritu del Señor estaba obrando entre los creyentes en el momento en que se escribió esta carta. El libro se llama Hechos del apóstol Pablo porque describe la forma en que la comunidad cristiana respondió a una crisis que había surgido.
En respuesta al desafío de la carta de actuar como signo y testimonio para el mundo, muchos cristianos optaron por convertirse en evangelistas itinerantes. Estos evangelistas (porque llevaban el Evangelio a todas partes como Jesús les mandó) viajaron predicando la palabra de Dios y difundiendo la Buena Nueva.
Por otro lado, recordemos que no tenían una membresía regular en la iglesia y no tenían líderes que los guiarán. Como resultado, la carta de Pablo ofrece una lección valiosa sobre cómo el Espíritu obra entre las personas para lograr las cosas que queremos y necesitamos en nuestras vidas para Su gloria.