2024-05-07

 
Todos tenemos momentos en nuestra vida donde luchamos con nuestra identidad porque nos enfocamos en el ego. También nos enfocamos en la angustia y en actuar en función de lo que piensen los demás, en vez de centrarnos en lo importante: “somos imitadores de Cristo”.

"¿Quién dicen ustedes que soy yo?" Con esta pregunta en particular a sus discípulos, pero que deberíamos considerar para nosotros mismos, Jesús quiere una respuesta sobre quién es Él.
Pedro provee la respuesta más acertada, la cual debemos tener muy clara: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Sabemos que experimentamos situaciones difíciles. Posiblemente las obligaciones y carencias financieras, los problemas de salud, la atracción al pecado, la ira… Todo eso te arropa y te hace olvidar preguntarte honestamente: "¿quién es Cristo en mi vida", ¿Qué posición tiene Él en mi vida?

Sin embargo, las palabras más poderosas que podrías pronunciar para tu santificación son "esto ya no es lo que soy".
 
Adquiramos la identidad de Cristo
 
Jesús es el Hijo de Dios, el Camino al Padre, que vino al mundo para redimir a la humanidad.
En Colosenses 3:1-4, leemos:

“Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria”.

Cuando buscamos la identidad de Cristo quiere decir que buscamos las cosas de arriba. Es no olvidar que tu vida está escondida en Él.

 

Es decir, se trata de recordar nuestra pertenencia, significa que, si te sientes solo, dices "Jesús está conmigo, no estoy solo".

-Significa que cuando estás afligido por el dolor, dices en tu corazón "Jesús es mi consuelo".

-Si estás triste, debes meditar en la gloria de Dios, pues esa es tu herencia.

-Si tienes miedo debes pensar en que, en el cielo está escrito tu nombre.
 
Mientras más brillante sea el resplandor de la gloria de nuestro Señor en nosotros, más claro tendremos la identidad de Cristo en nuestros pensamientos y acciones.

Y lo que importa es buscar, conocer y vivir el propósito de Dios en nuestras vidas dejando de lado lo efímero para poder encontrar gozo y felicidad entendiendo que, lo importante es experimentar plenamente Su propósito.

Y cuando eres seguidor de Cristo y estás buscando a Dios con toda el alma, saber cuál o cuáles son los propósitos de Dios para nosotros es simplemente una búsqueda constante, especialmente es una exploración que debemos orientar hacia la Palabra de Dios.

También es importante que sepas que, Dios está trabajando continuamente en tu vida. En Romanos 8:28 se nos recuerda que Dios trabaja en cada una de las partes de nuestra vida: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

La intención y la voluntad de Dios es siempre buena y Él siempre quiere y trabaja por lo que sea mejor para ti.