Inocencia robada: A los 7 años… me violó mi padrastro

2024-05-07

Los que creemos en Cristo Jesús siempre debemos tener presente cuidar del bienestar de los demás cuando se encuentran en situaciones de peligro o circunstancias en las que puede controlar.  Sin embargo, este es el momento de predicar con el ejemplo, ya que las personas observan y cuestionan la manera en la que se comporta un hijo de Dios.

A pesar de que no comprendemos cómo nuestras palabras pueden ser de esperanza en la vida de una persona, debemos recordar que no son nuestras palabras las que renovarán su corazón sino la Palabra de Dios usándonos como instrumentos.

Si no estamos dispuestos a enfrentarnos a nuestros propios deseos egoístas y dejar que Dios se ocupe de las cosas, entonces nunca seremos capaces de dar a los demás. Es un hecho que los que creemos en Jesús están llamados a ser luz del mundo.

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.
Mateo 5: 14-16

Debemos ser obedientes a su Palabra y mantener una buena actitud

Un seguidor de Jesús, así como un no creyente, pueden actuar de manera impulsiva y errónea ante una situación que los sorprenda. Una de las razones por las que tantos seguidores de Jesús se involucran en cosas que los llevarán a su propia destrucción es porque olvidan lo que Dios ha hecho en sus vidas, pierden el rumbo y sucumben frente a la adversidad. Es decir, no están dispuestos a aceptar la responsabilidad de sus acciones. Como resultado, no se dan cuenta de que pueden estar convirtiéndose en piedras de tropiezo para los demás.

Para que, los que amamos a Jesús, puedan ser un testimonio vivo de la obra de Dios en sus vidas tienen que empezar a ser cuidadosos con las cosas que hacen y dicen. Por tanto, una situación fuera de control debería ser la oportunidad para predicar con el ejemplo a todos aquellos que no creen en las verdades escritas en la Biblia. Es momento de mostrar nuestra debilidad y aceptar que debemos dejar que Dios actúe. Nunca debes tomar las cosas a la ligera, porque podrían terminar siendo malentendidos, tan solo piensa en Pablo, su delicadeza y cuidado con las cosas del Señor, su gozo, su centro, su todo era Cristo.

Sé consciente de lo que no debes hacer en el momento de adversidad

Hay un tiempo y un lugar para todo, y eso se aplica también a los amigos de Jesús. Una persona no necesita usar la violencia para resolver un problema. Es una triste realidad que algunos que dicen ser fieles seguidores de Jesucristo, se han vuelto violentos en su búsqueda de atención, pero sólo puede conducir a más daño que ayuda. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, por tanto, Dios llamará a cada uno en su tiempo perfecto. Puede ser tentador estar tan enfocado en cómo una persona que practica las verdades escritas en la Biblia debe enfrentar la adversidad que nos olvidamos de que los demás nos observan y, al igual que nosotros, necesitan un refugio. Por esta razón, durante la adversidad, muestre a Cristo. Enséñeles quién es su Roca de salvación. Muestre confiado quién es su refugio y fortaleza.

No depende de ti, sino de Él

Muchos tienden a pensar que pueden hacer cualquier cosa para cambiar el mundo y hacer feliz a la gente, pero no verán ningún resultado a menos que dejen que sea Dios quien se encargue. Esto no significa necesariamente que no vas a hacer nada por ayudar a una persona o no harás nada para resolver algún problema. Debes hacer que tu esfuerzo valga la pena y dar lo mejor de ti porque lo haces para Dios.

También debemos considerar que muchos de los mayores actos de bondad que han ocurrido en el mundo son en realidad el resultado de aquellos que dieron de sí mismos por los demás. No pensaron que estaban haciendo lo correcto, pero cuando la gente vio el bien en ellos, se convirtieron en los que ayudaban a los demás en lugar de los que no hacían nada.
Es importante que durante la adversidad entendamos que muchos no dan porque no entienden que sus dones de bondad están siendo rechazados por aquellos que saben quiénes son. Siendo honestos consigo mismos, el que cree debe escudriñarse a sí mismo y, si no encuentra su falta, pedirle a Dios que escudriñe su corazón y le muestre las cosas que están mal para de esta manera poder actuar como Dios manda en nuestra adversidad.

Por último, la Biblia es un buen lugar para empezar a revisar qué han hecho los demás en el pasado. De esta manera podremos ver la razón por la que otros han fallado en el pasado y, enderezar nuestros pasos por amor a Cristo, a nuestro prójimo y a nosotros mismos.