Cuando una madre está embarazada su mayor deseo es tener un hijo saludable, pues lo demás viene por añadidura.
Algunas no quieren saber el sexo del bebé, pero la gran mayoría se vuelve loca de emoción cuando nos confirman si será un varoncito o una niña; y es en ese momento que nuestra imaginación comienza a volar haciendo planes… “Si es una niña le haré trencitas, le compraré vestiditos; pasaremos horas haciendo postres y nos contaremos secretos”.
En este caso, les confirmaron a estas madres que estaban esperando a una niña. Las fotografías que verás a continuación representan la profunda amistad que debería existir entre una hija y su madre: ser cómplices, amigas de verdad. ¿Parece una gran idea, no? Al principio es divertido, sin embargo, conforme pasa el tiempo es mucho más difícil mantener esa amistad; hasta el punto en que una madre, preocupada por sacar sus hijos adelante; y una hija, luchando por sobrevivir en esta sociedad, olvidan que se tienen una a la otra y dejan de ser las mejores amigas.
¿Eres amiga la mejor amiga de tu hija? Si no lo eres, deberías comenzar hoy mismo. Bendiciones, y que su amistad dure por siempre…