Este remedio casero hará crecer como loco tu cabello. Todo el mundo envidiará su brillo y volumen

2021-02-04

 

Pidamos a Dios que nos ayude a dejar, quitar, alejar, desechar y arrancar de nuestras vidas ese mal hábito de levantarnos cada mañana, y escuchar primero al “desánimo”; en vez de escuchar, leer o recordar la palabra de Dios.

Que en vez de escuchar “hoy te sientes mal”,  hablemos en voz alta, PERO TAMBIÉN LE CREAMOS    a su palabra que dice: “Por fe andamos, y no por lo que miran nuestros ojos”. Y que en vez de meditar en las frases del desanimo: “hoy no te sientes confundido”, “hoy perdiste tu enfoque”, “hoy eres de lo peor”, mejor nos cubramos con la presencia de Dios, a través de su palabra que dice:


“Ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí. Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. A todos los que creen en SU NOMBRE, les he dado la potestad de SER hijos de Dios”.

 

Él es tu pastor, nada te faltará. Él es tu fuerza y tu victoria, nadie te podrá hacer frente todos los días de tu vida”. Como él estuvo con Abraham, Moisés, el apóstol Pablo: así está contigo.

 

Habla en voz alta esta oración:

 

SEÑOR TE PIDO QUE YO ABRA LOS OJOS, LOS OIDOS, TANTO FÍSICOS COMO ESPIRITUALES, Y ME AYUDES A VER Y DARME CUENTA CUANDO ESTOY ESCUCHANDO; Y CREYENDOLE AL DESANIMO, EN VEZ DE ESCUCHARTE Y CREERTE A TI.

 

Yo sé, Señor, que ningún ser humano es perfecto, así que no me desanimaré en mi llamado, por lo que me hagan o lo malo que yo vea en los demás. Yo sé Señor que tú eres mi protector, así que no me detendré si me atacan los demás. Yo sé, Señor, que tú eres mi proveedor, así que no me desalentaré si me enfrento a la escasez. No me desanimaré por lo primero que vean mis ojos, te prometo que cuando me tope con cualquier adversidad: me tomare unos minutos para recordar tus promesas y clamar en oración a tu Santo Nombre.

 

Así que, empecé esta oración para que me ayudaras a quitarme el mal hábito de escuchar al desánimo; y en este momento, ya ni siquiera me acuerdo porque estaba desanimado. Este perverso enemigo se ha alejado de mí, y si regresare: el escudo de tu presencia y la espada de tu palabra me defenderá, y como siempre ME DARÁ VICTORIA.

 

Gracias, señor, en El Nombre de Jesús…

 

Amén


Escrito por Hermes Alberto Carvajal  
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti

 

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