“Ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí.
Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús. A todos los que creen en SU NOMBRE, les
he dado la potestad de SER hijos de Dios”.
Él es tu pastor, nada te faltará. Él es tu fuerza y tu
victoria, nadie te podrá hacer frente todos los días de tu vida”. Como él
estuvo con Abraham, Moisés, el apóstol Pablo: así está contigo.
Habla en voz alta esta oración:
SEÑOR TE PIDO QUE YO ABRA LOS OJOS, LOS OIDOS, TANTO FÍSICOS
COMO ESPIRITUALES, Y ME AYUDES A VER Y DARME CUENTA CUANDO ESTOY ESCUCHANDO; Y
CREYENDOLE AL DESANIMO, EN VEZ DE ESCUCHARTE Y CREERTE A TI.
Yo sé, Señor, que ningún ser humano es perfecto, así que no
me desanimaré en mi llamado, por lo que me hagan o lo malo que yo vea en los
demás. Yo sé Señor que tú eres mi protector, así que no me detendré si me
atacan los demás. Yo sé, Señor, que tú eres mi proveedor, así que no me
desalentaré si me enfrento a la escasez. No me desanimaré por lo primero que
vean mis ojos, te prometo que cuando me tope con cualquier adversidad: me
tomare unos minutos para recordar tus promesas y clamar en oración a tu Santo
Nombre.
Así que, empecé esta oración para que me ayudaras a quitarme
el mal hábito de escuchar al desánimo; y en este momento, ya ni siquiera me acuerdo
porque estaba desanimado. Este perverso enemigo se ha alejado de mí, y si
regresare: el escudo de tu presencia y la espada de tu palabra me defenderá, y
como siempre ME DARÁ VICTORIA.
Gracias, señor, en El Nombre de Jesús…
Amén
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti