Jesucristo es la luz del mundo; y donde esta luz brilla claramente en nuestras mentes, disipará todas las tinieblas. Cuando Jesús vio al hombre paralítico y su condición en aquella camilla, le dijo: "Levántate y anda" (Juan 5:8). En ese mismo momento, el hombre respondió a la orden de Jesús.
La palabra "Levántate", literalmente, significa levantarse de una posición acostada, o levantarse de una posición sentada. Esta palabra nos dice cómo debemos estar cada vez que escuchamos o leemos la Palabra de Dios. ¿Sabes qué significa?
La palabra Levántate implica que cuando escuchas la Palabra de Dios, debes levantarte de tu estado habitual y estar listo para la acción. Debes levantarte no solo por una hora, sino para siempre.
Señalemos algunas lecciones que puedes poner en práctica sobre este pasaje bíblico...
Cuando escuchas la Palabra de Dios, tienes que tomar una decisión
La Palabra de Dios es una llamada a la acción, no a la mera escucha. Cuando escuchas la Palabra de Dios, tienes que tomar una decisión. Debes tomar la decisión de recibir lo que Dios tiene para ti. Debes tomar la decisión de caminar en la Palabra de Dios. Estamos seguros de esto porque su Palabra, no retorna vacía (Isaías 55:10-12).
No tienes la opción de elegir cuando recibir la Palabra de Dios. La Palabra está siempre disponible y jamás retorna vacía. Si él te está llamando, claro que escucharás Su voz.
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano (Juan 10:27-28)”.
Debemos aprender a recibir de Dios
La Palabra que Dios nos da no es solo para que la leamos, sino para que la recibamos. Recibir es un aspecto muy importante; sin embargo, muchos creyentes no saben cómo recibir de Dios. Solo saben leer y estudiar la Palabra de Dios.
Debemos aprender a recibir de Dios. Si quieres ser transformado, debes aprender a recibir de Dios. Si quieres que tu matrimonio sea transformado, debes aprender a recibir de Dios. Si quieres que la vida de tus hijos sea transformada, tienes que aprender a recibir de Dios.
La Palabra de Dios es como una medicina que cura nuestras enfermedades y cambia nuestras vidas.
No puedes estar en tu camilla todo el tiempo
El amor de Dios puede proporcionar la chispa que encienda nuestro deseo de una vida mejor. ¿Cómo se produce? Este hombre, el paralítico, lo experimentó en la vida real.
No sabemos su nombre, pero tenía 38 años y estaba enfermo, paralizado. ¿Puede imaginarse algo más deprimente? Puede que nosotros nos sintamos así a veces, como si no pudiéramos caminar, correr, tener una vida plena. Por eso, dependía de una camilla para trasladarse de un lugar a otro. Nuestra vida también puede ser como caminar con un par de muletas o estar postrados en una cama, como si no hubiera nada mejor que vivir "a medias". En cambio, apenas podemos sobrevivir.
Sin embargo, esta historia es poderosa. Había un hombre que vivía en el estanque de Betesda. El nombre del estanque significa "casa de misericordia". Todos los días, estaba junto a una multitud de enfermos, ciegos, lisiados y paralíticos, que esperaban o tenían la creencia de que un ángel entrara a cierta hora y removiera sus aguas, creyendo que el que entrara primero en la piscina después de que el agua se agitara por el ángel, se curaría de su condición.
¿Cuáles eran las probabilidades de que un hombre que vivió entre enfermos durante 38 años, sin poder moverse, se curara?
Ninguna, obviamente. Es posible que estemos rodeados de individuos que lo ven todo de forma negativa, que viven sin esperanza, sin fe y sin motivación para seguir adelante, lo que nos lleva a la conclusión de que estos individuos no nos ayudan a creer, a tener esperanza de que saldremos adelante, independientemente de los problemas a los que nos enfrentemos.
Un milagro era su esperanza. Según la creencia local, el primero que se bañara en el estanque se curaría. Cuando apareció Jesús de Nazaret, un hombre sencillo que hablaba de Dios, el Padre, el único Dios, era una rareza.
Mira, Él le preguntó al paralítico:" ¿Quieres sanarte? A lo que el hombre respondió que, al estar inmovilizado, no tenía a nadie que pudiera ayudarlo a entrar al estanque cuando el ángel descendiera. Incluso le expresó a Jesús que otros lo lograrían porque podían bajar primero que él.
Pero él no tenía idea de con quién estaba hablando. Fue algo inmediato, fue una curación como de rayo. Jesús solo le dijo, "Levántate, toma tu camilla y anda. Al instante, ya estaba sano e hizo lo que nuestro señor le pidió.
Alegraos y no tengáis miedo
Cuando recibas algo de Dios, cuando recibas Su Palabra en tu vida, no tengas miedo. No estés ansioso. En cambio, alégrate y agradece que Dios haya venido a transformar tu vida. La Palabra de Dios es una bendición. Debes aprender a caminar en el poder de la Palabra de Dios.
Debemos de estar muy felices y agradecidos por la bondad de Dios. Por su maravilloso regalo.
Tu vida será cambiada por la Palabra que escuches
La Palabra de Dios es poderosa. Cambia situaciones y cambia la vida de las personas. La Palabra está viva y es poderosa. Es como una semilla plantada en el corazón de una persona. Cuando la semilla brota y crece, comienza a cambiar la vida de esta.
También es como una espada que corta el yugo de la esclavitud en tu vida. La Palabra de Dios es como una luz que brilla en los rincones oscuros de tu vida o como una trompeta que sopla la victoria en tu vida.
Cada vez que escuches la Palabra de Dios, tu vida cambiará. Te convertirás en una nueva persona. Aprenderás a caminar en el poder de la Palabra de Dios, pero tienes que permitirte recibir su bendición.
Conclusión
Hay muchos creyentes que no han probado la dulzura de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es como una semilla plantada en tu corazón. Sin embargo, si la Palabra no ha brotado y crecido en tu vida es porque no ha sido aplicada en tu vida.
Debemos aplicar la Palabra, tomar acción y dejar que esta crezca en nuestros corazones y en nuestras vidas.
Recuerda, Su Palabra puede cambiar tu situación, puede cambiar nuestras vidas.