Padre Santo te honro, te adoro.
Estoy profundamente agradecido por la vida que me has dado y por el privilegio de poder entrar ante tu trono con confianza, postrándome ante tus pies en adoración y amor.
Te amo por todo lo que has hecho, hoy vengo ante ti a darte gracias por esas bendiciones de las cuales tú has dicho en tu palabra, que son hermosas promesas para tus hijos.
Jesús le dijo a aquella mujer que buscaba sanidad para su hija, que los milagros son el pan reservado para los hijos. Señor yo estoy hambriento y anhelo, aunque sea un pedacito de ese pan.
Mi cuerpo es tu templo y hoy estoy sufriendo una aflicción, la cual tal vez ha sido causada por mis propios errores, pero tú eres un Dios misericordioso y busco tu perdón por mis malas decisiones que me hayan ocasionado esta enfermedad.
Tú Eres Jehová Rafa, el Dios que me sana.
Tú tienes todo el poder y la autoridad que existe en el universo y no hay nada difícil que tú no puedas hacer. Tú has dicho que todas las cosas son posibles para aquellos que creemos en ti.
Señor tú sabes que te amo y tengo mi fe puesta en ti, así como aquella mujer de quien tu palabra dice padecía flujo de sangre y así como ella vino convencida de que podía ser sana con tan solo tocar el borde de tu manto, yo también estoy convencido de que solo un toque de tu de gracia, sanará mi cuerpo por completo.
Tu palabra dice que Jesús fue herido por mis transgresiones, molido por mis iniquidades y que el castigo que sobrevino sobre el cuerpo de Jesús, ha sido lo que me ha dado la salud y la paz.
Yo creo que Jesús ha pagado el precio completo para mi redención, mi liberación, mi prosperidad y mi sanidad y sé que su sacrificio no ha sido, ni será jamás en vano porque ciertamente por sus llagas he sido curado.
Me niego a creer las mentiras del enemigo. No moriré, sino que viviré y mis ojos miraran tu gloria porque tu palabra me asegura que es tu deseo sanarme. Siempre estás dispuesto a perdonar, sanar y prosperar a aquellos que vienen ante ti en humildad de corazón, tu propósito para los que te aman es de bien y no de mal, de vida y no de muerte.
Examíname Señor y revélame cualquier cosa escondida en mí que pudiera estorbar tu sanidad. Te pido que mis emociones sean sanadas y que mi capacidad mental sea renovada para entender, aceptar y recibir el milagro que estoy esperando. Te pido Señor que me ayudes para que no sea yo de doble ánimo.
Tú has dicho que el hombre de doble animo es inconstante en todos sus caminos y no puede esperar recibir nada. Guíame en tu palabra y ayúdame a que mi espíritu se regocije siempre en ella, para ser siempre de un solo ánimo, de un solo propósito y para mantener siempre mis ojos enfocados en ti y en tu poder, desechando pensamientos que buscan derrumbar mi fe.
Señor, tu todo lo conoces, nada está escondido para ti. Tú sabes la causa de mis problemas y mi enfermedad. Clamo a ti por un milagro, estoy dispuesto a obedecer tus mandamientos, para no volver a caer en trampas de iniquidad que traen sobre mi vida maldición y dolor.
Te pido por claridad en mi mente, fortaleza en mi alma y sabiduría en mi espíritu para que cuando tú me hables, yo pueda escuchar y obedecerte.
Cubre Señor cada célula de mi cuerpo con tu sangre poderosa, te pido que cualquier herida sea sanada en el nombre de Jesús. Yo te adoro, te alabo en voz alta y te doy gracias por este milagro, me regocijo con canticos por mi sanidad.
Gracias por tu muerte y tu resurrección, Hermoso Cristo Jesús.
Amén
Escrita por Hermes Alberto Carvajal
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