En el momento en que pongo mi ansiedad en tus manos, tú siempre me contestas con paz, y tranquilidad. Mi Dios ¡tú nunca fallas!
Por eso vengo con confianza, con pocas palabras, con una actitud sencilla. Tú sabes cómo me preocupa el que no le falte el pan a mi familia, un techo sobre sus cabecitas, ropita para abrigarse del frío, para vestir decorosamente, sin presunciones ni ostentaciones.
No necesitamos lujos, no queremos comer en caros restaurantes, solo te pedimos lo necesario, por eso te ruego me proveas un empleo digno, y aunque sencillo, que sea afín con los talentos y las áreas que he practicado.
Para aquellos que tienen título profesional, Señor, provéeles el empleo adecuado, para quienes practican un oficio provechoso, muéstrales el camino para que puedan ofrecer sus habilidades a personas y empresas que sepan apreciar la calidad de un producto bien hecho. A todos ayúdanos a prosperar, a salir adelante.
Si necesitamos un milagro, pero no te pedimos sacarnos la lotería. Preferimos confiar en que nos darás o necesario, para que queremos dinero en exceso si corremos el peligro de manejarlo mal, de desviarnos, o peor, de ser señalados para secuestros y asaltos.
No, no queremos riquezas vanas, tan solo te pedimos que cambie la situación en nuestra comunidad, en nuestra patria, y que, sin tener que irnos a vagar a un país extranjero, podamos conseguir en nuestra tierra el empleo digno que necesitamos.
Ponemos nuestra necesidad, nuestros sueños, nuestros anhelos en tus manos, tú nos proveerás. Así lo creemos, así será, Amén.
