2016-08-29
Muchas personas que tienen hermanos, no suelen ver a primera instancia, la importancia que significa tener a esa persona consanguínea en la vida. Algunos los ven como un familiar impuesto por los padres. 

Otros, como un regalo divino. Lo cierto es que un hermano o una hermana, puede significar un excelente confidente de tiempo, espacio, alma y corazón. Por ello, existen aspectos que explican por qué esa persona que nació dentro de nuestro árbol genealógico, es tan primordial; enaltecer, proteger y convertirlos en los testigos de nuestra felicidad, es lo primordial. 

Ellos son seres que estás siempre: en las buenas y en las malas.


Entre las características y aspectos que conlleva a esto, son:

La importancia el tener un hermano y una hermana, es la ayuda que éste o ésta, pueda brindarnos. En cualquier problema que se tenga, los primeros que estarán allí son esas personas de nuestra familia. Puesto que las edades son contemporáneas y comprenden cualquier necesidad. Al igual que también, son la mano que brindan al momento. Las que necesitamos en ese mismo momento.

Ese aspecto hace que no solo sean tu confidente. También, pueden llegar a ser: la mejor compañía. Esas personas te conocen desde pequeño. Saben los secretos de tu vida, por lo que has pasado y conocen a toda tu familia. Un aspecto único que otra persona, sea amigo o cualquier otro familiar, no tiene el privilegio de tener.

Aquellas personas que quieran hacerte daño, o dañar tu integridad física o emocional, se enfrentarán directamente a esos confidentes y defensores que son los hermanos.

Otra característica, una de las más positivas es: el escuchar. Todas las cosas malas, los malos días y las alegrías de cada uno, son escuchadas y atendidas por esos confidentes que son nuestros hermanos. Nadie más que ellos y ellas, pueden entender nuestros sentimientos personales.
Por eso, son las personas de más confianza. Esa que no solemos tener con los familias, incluso, con otros familiares. Los hermanos son los más cercanos y brindamos nuestra confianza entera a ellos. Y así, los mejores consejos vienen de ellos.

Como son familia, saben de primera mano la facilidad que es entender los problemas dentro del círculo familiar, las limitaciones y virtudes de él. Cuando llegamos a casa, cuando los llamamos para hablar con nuestros hermanos, se abre una posibilidad imperiosa que tiene la palabra, y nos sentimos completos.

Otra característica que sostienen las ventajas de tener a nuestros hermanos de nuestro lado, es la capacidad y existencia al amor. Sabemos que muchas personas opinan que El factor amor, proviene de forma magra de los amigos, de las parejas... Pero de plano, los científicos opinan que aquella confianza de la que tanto se habla, se establece sólo y únicamente desde el árbol genealógico, y las hermanas y hermanos, brindan ese apoyo incondicional.

Ese mismo amor conlleva las distintas emociones que un ser humano necesita para ser feliz. La risa, los buenos días, el erradicar la tristeza y los malos ratos, se presentan en las confidencias a las que estamos prestos junto a ellas y ellos.