7 Cosas que Dios no quiere que olvides cuando te sientas derrotado

2024-05-07
Escrito por Hermes Alberto Carvajal 


Continuación:

 

4.   Trata bien a tu cuerpo; hazlo feliz. Dije “hazlo feliz” y no “cumple sus caprichos”. Dice el Apóstol Pablo: “Todo me es legal hacer, pero no todo me conviene”. (1 Corintios 6:12)

Con esto quiso decir que él podía hacer muchas cosas, ir a muchos  lugares, comer muchas cosas, pero no todo le convenía. Algunas cosas pueden dañar la mente, el espíritu, el cuerpo, así que trátate a ti mismo y a tu cuerpo con amor y responsabilidad. Ten cuidado con lo que alimentas tu cuerpo y tu mente. Es interesante ver como algunas personas hasta escriben tomos enciclopédicos sobre lo malo y pecaminoso que es fumar, mientras se envenenan a sí mismos con dos litros de refresco gaseoso y un kilo de comida chatarra.

Las personas que son y quieren ser siempre felices también comparten ese sentimiento con su cuerpo. Esto lo logran haciendo ejercicio, manteniéndose en forma, tomando alimentos y bebidas sanos y tratando a su cuerpo con el respeto que merece. “Nadie jamás maltrató a su propia carne (cuerpo), sino que la ama y lo cuida”, dice el Apóstol Pablo. (Efesios 5:28-29)

5. Sé compasivo. Creo que esto tiene relación con el saber perdonar. Dejamos de ser compasivos cuando empezamos a creer que todos tienen que “pagar” por el mal que otros nos han hecho. Decimos que “todos son iguales de hipócritas e interesados”. No seamos así. Demos oportunidad a la gente y tengamos compasión cuando vemos a alguien en necesidad, sea quien sea. Sea una persona de la calle, tu vecino, tu compañero de trabajo o tu familiar que tanto te ha ofendido.

Esto me lleva a agregar que debemos, debes, tener compasión de ti mismo. Una persona  me dijo: “Yo soy bueno para motivar y mostrar misericordia por otros, pero cuando yo mismo cometo un error, me trato como perro, me insulto y me llamo por nombres que no le diría ni a mi peor enemigo; después de eso me siento infeliz, culpable, sin paz”.

Mi respuesta para esta persona fue: “Pide a Dios la fuerza y la serenidad para tenerte compasión a ti mismo”. ¿Cómo llevaremos amor a otros si nosotros nos apaleamos a nosotros mismos con odio y rencor?

A la siguiente ocasión que falles, háblate a ti mismo diciéndote: “Pancho, Petronio, Martín, Martha, Cecilia (como te llames), yo sé que eres humano y puedes cometer muchos errores. Primero, te amo por lo que eres, un ser humano con todas sus ventajas y desventajas; segundo, porque estás vivo y aún permaneces en la lucha; y tercero por esos ojazos y mejillas tan bellas. Bueno, estoy exagerando, pero me amo como soy”. (Recuerda que te estás hablando a ti mismo)

La compasión es un sentimiento que nos hace ser más felices. Está comprobado que brindar ayuda puede hacer sentir mejor a una persona en comparación con quien la recibe. Puedes hacer esto de diversas formas: enseñando gratis a personas de bajos recursos, siendo voluntario de alguna causa o ayudando a cualquier persona que lo necesite.

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