2020-06-14
El que habita al abrigo del Altísimo

El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 

Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.

Señor protégeme este día y cubre a mi familia con tus alas. 

Tú conoces el futuro y sabes dónde están los peligros y las trampas del enemigo, guíanos con tu mano a toda verdad.

Diré yo a Jehová: Esperanza mí 

El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.

No permitas que por nuestra necedad o falta de sabiduría tomemos decisiones erróneas, 

ni dejes que nadie ponga en nuestra mente ideas que no están cimentadas en tu palabra. 

Cúbrenos, protégenos, como una gallina cuida a sus pollitos, 

acurrúcanos en tu regazo y nútrenos con tu cariño y tu cálido amor.

Diré yo a Jehová: Esperanza mí 

No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.

Líbranos de personas mal intencionadas, de los falsos corazones que buscan ganar nuestra confianza con sonrisas falsas, 

con adulaciones o aun con dádivas que buscan en realidad esclavizarnos y alejarnos de ti. 

Cuídanos de aquellos que quieren robarnos tu bendición, que nos acechan como 

si fuésemos seres indefensos, pero sabemos que te tenemos a ti.

Diré yo a Jehová: Esperanza mí 


Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.

Te pedimos Señor que nos cubras con salud, con ánimo, con fortaleza física, con energía para 

llevar a cabo nuestras tareas diarias y para ayudar y servirte a ti, y a nuestro prójimo. 

Danos inteligencia para dedicar tiempo a proyectos fructíferos, para no perder los recursos que nos has dado buscando 

metas o premios que solo existen en nuestra imaginación. Que nuestra fe no se base en emociones, 

en promesas humanas, y que nunca usemos tu palabra para buscar nuestros egoístas fines.

Diré yo a Jehová: Esperanza mí 

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.

Intercedemos por nuestros familiares, por nuestros amigos, nuestros vecinos. 

Que ellos puedan ver tu mano sobre nuestro hogar, tu bendición que enriquece y no acarrea tensiones 

ni tristezas, que ellos vean que ni la plaga de la división familiar, ni el cáncer de los vicios y la ociosidad 

ha tocado nuestro hogar y que podamos testificarles a ellos y a todo el mundo para que 

tu nombre sea exaltado, y corazones vengan a ti y tu cambies sus vidas.

Diré yo a Jehová: Esperanza mí 


Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.

Ponemos en tus manos todo asunto legal, toda situación que esta fuera de nuestro alcance,

toca aquellos corazones en autoridad, y danos gracia ante todo juez, toda entidad legal, migratoria, 

ante cualquier oficial, y ábrenos las puertas y que toda decisión sea favorable a nosotros, 

aun envía a tus ángeles a quitar todo obstáculo y a cuidarnos de toda trampa que no podemos ver


Diré yo a Jehová: Esperanza mí 

Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

Que la victoria que nos das no cause altivez en nuestros corazones, que, al ver a nuestros enemigos espirituales derrotados, 

no nos lleve a pensar que fuimos nosotros por nuestra capacidad o nuestra humana inteligencia que fuimos librados. 

Que no nos llenemos de orgullo humano. Danos humildad de corazón porque esto nos dara verdadera fortaleza ante cualquier enemigo.


Diré yo a Jehová: Esperanza mí 

Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

Te damos toda la gloria y la honra, nuestros corazones están sometidos a ti, porque tú nos has amado primero 

y aun sin que hubiese en nosotros nada digno de tu santidad, tu nos rescataste, nos limpiaste, 

nos perdonaste y nos has dado victoria, felicidad, y abundante bendición. 

Que nuestras vidas, nuestras acciones, y nuestra actitud hacia nuestro prójimo te glorifiquen en todo momento. Amén. 


Escrita por Hermes Alberto Carvajal 

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