Siete maneras de dar prioridad a tu cónyuge y pasarla de maravilla.

2020-07-28

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

Los Salmos tienen un efecto calmante en nuestras vidas. Estos están disponibles en una variedad de estilos y tipos. Puedes elegir entre sencillos, pero poderosos himnos del Señor, o puedes elegir entre las muchas melodías de Salmos que están disponibles para que la gente los use en la adoración. La mejor parte de estos es que puedes elegir entre la amplia variedad de tipos de Salmos para ayudar a calmar tu ansioso corazón.

Los Salmos, para ayudar a calmar su ansioso corazón, se dividen en tres categorías. Las tres categorías son: los Salmos reconfortantes, los Salmos calmantes para ayudar a calmar su corazón ansioso y coros con el mismo efecto tranquilizador que nos da la Palabra de Dios. La primera categoría es la de los Salmos Calmantes para ayudar a tranquilizar su ansioso corazón. Los salmos de esta categoría incluyen el Salmo 23, el Salmo 37 y el Salmo 120.

El Salmo 23

El Salmo 23 es uno de los Salmos más comúnmente usados en los Salmos Confortantes para ayudar a calmar su ansioso corazón. Salmo 23:1-4, en este salmo, se nos presenta la historia de David, un hombre que fue ungido como rey. David era un hombre que amaba a Dios y a su prójimo. David era muy devoto de Dios.

David no siguió el camino de los malvados, y no se dejó influenciar por sus enemigos. David no se dejó influenciar por las falsas enseñanzas.

David amaba su vida y el camino de Dios. Así que cuando encontró un hombre que quería asesinarlo, pudo orar por su vida y por la de su familia.

La segunda categoría son los Salmos Calmantes para ayudar a tranquilizar su ansioso corazón. Estos se caracterizan por ser muy relajantes, pero también son reconfortantes para el corazón y el alma.

El Salmo 65

El Salmo 65 es un Salmo calmante, muy reconfortante para el alma. Es el Salmo de Salomón, Rey de Israel y Rey de Judá.

Salomón tenía una larga línea de seguidores leales. Fue capaz de proteger a su pueblo con su sabiduría y la fuerza de Dios. Fue capaz de traer paz y prosperidad a la gente de su reino.

Salomón amaba a su pueblo y era muy devoto de Dios. Dio todo su tiempo y dinero para ayudar a los que estaban sufriendo. Él le pidió sabiduría al Señor y fue el hombre más sabio de la tierra.

Durante su reinado, la gente estaba muy preocupada por la forma en la que su reino estaba creciendo. Salomón tomó muchas decisiones. Era muy sabio y sabía que era responsable del crecimiento de su reino. Salomón amaba al Señor y a su gente.

Salomón era tan feliz que decidió casarse con Betsabé, hija de Urías, de Belén. 

Más Salmos para calmar tu corazón

 

El Salmo 3

“Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará». Selah”.

Tu confianza en el Señor debe ser tan grande, que tus problemas o situaciones no han de quitarte el sueño. David huía de su hijo Absalón, y aún cuando correría por su vida, dormía en paz. Incluso cuando dormido se encontraba vulnerable sabía que Dios lo cuidaba.

 

Salmo 16: 

“Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio”...

Este salmo muestra cómo la confianza de David continuaba incluso más allá de la muerte.

Salmo 27: 

“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida;     ¿quién podrá amedrentarme? Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen”...

Si crees que todos te han abandonado, ora con este Salmo. David pensó que todos lo habían dejado solo, pero sabía que su Dios no lo dejaría.

Salmos 34

“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán”...

Cuando acudes a nuestro Dios con un corazón contrito y humillado, Él no lo desprecia. Escucha tu clamor y te responde. 

Salmo 40:

“Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor”. 

Si te sientes atrapado, si crees que no existe una salida, ora con este Salmo.

Salmo 46:

“Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra”.

Este salmo deja claro que Dios es tu roca de salvación, no tienes por qué temer.


Salmo 91: 

“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío»”.

Este es un Salmo en el que nos encomendamos a Dios, en el que pedimos su protección y amparo.

Salmo 103: 

“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor,     y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; él colma de bienes tu vida[a] y te rejuvenece como a las águilas”.

Esta es una hermosa alabanza para adorar a nuestro poderoso Dios, por su misericordia y su gracia.

Salmo 116: 

 “o amo al Señor porque él escucha[a] mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida”.

Este Salmo nos recuerda la bondad de Dios en nuestras vidas. Nos dice lo bueno que ha sido Dios con nosotros, no debemos olvidarlo.