Piensa en cómo lo que dices afectará a otras personas
Ser racional y tener buen juicio es pensar, actuar y vivir con cuidado. Significa ser capaz de distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo para poder evitar complicaciones innecesarias. Siempre debemos tratar de hacer el bien, por lo que antes de actuar, debemos usar nuestra mente para averiguar cuál es la mejor manera de proceder, y evitar hacer cosas que podamos lamentar.
Para tomar una buena decisión, debemos reflexionar en lo que sabemos ahora, en lo que recordamos del pasado y en cuáles serán los resultados de nuestras elecciones. Pensar, actuar y vivir con prudencia significa utilizar bien la mente y querer y aspirar a lo que siempre es bueno, justo, útil y necesario.
Antes de tomar una decisión, la prudencia te hace capaz de estudiar las diferentes opciones y poner especial cuidado en lo que podría ocurrir si se elige una en lugar de otra. Algunos analistas dicen que hablar de prudencia significa ser inteligente, moderado, cuidadoso, maduro o reflexivo.
Presta atención a lo que dices y cómo lo dices
He aquí algunas cosas importantes que hay que saber sobre hablar y guardar silencio. No solo es crucial lo que dices, sino también cómo lo dices. No lo olvides nunca, y pon siempre la seguridad por delante actuando con autocontrol y conciencia.
Es imposible no hablar con los demás. Todos decimos cosas a la gente, y no solo con palabras. Los gestos, la postura, la distancia e incluso el entorno pueden afectar mucho. Para enviar un mensaje claro y coherente, tienes que saber qué es la comunicación verbal y la no verbal y en qué se diferencian.
La comunicación no verbal es más fiable porque no se puede controlar. Si sabes leer el lenguaje corporal de la otra persona, tendrás una idea más clara de lo que está tratando de decir.
Hablar de más
Si la charla se convierte en cotilleo, deténgala y vuelva a su lugar en el momento. No tienes que decir que la otra persona habla mal de otras personas, porque podría enfadarse o ponerse a la defensiva. Simplemente, di algo sencillo como: “Prefiero no tener esta conversación. ¿Qué tal si hablamos de…?”, para cambiar de tema y empezar a hablar con las personas de la sala. Si todo lo demás falla, siempre puedes no decir nada.
Hablar una y otra vez e ignorar los buenos consejos
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo;
Mas en la multitud de consejeros se afirman.
Proverbios 15:22
Esto significa que si haces planes y no salen bien, probablemente sea porque no has hablado con otras personas sobre lo que tenías pensado. Si pides ayuda a los sabios, tus planes funcionarán. A personas que ya han reflexionado en la idea que vas a realizar.
Por favor, no creas que lo sabes todo.No hables de la vida de los demás.
Hablar mal de otras personas ya es malo, pero también lo es mentir. Hablar de los éxitos y fracasos de otras personas te hace olvidar tu propia vida.
Por otro lado, no cuentes los secretos de los demás.No cuentes a tu prójimo los secretos que te han contado otras personas cuando te peleas con ellas (Proverbios 25:9).
Conclusión
Si acabas hablando demasiado, es probable que los demás se den cuenta. Cuando la gente habla demasiado, a veces se aburre o se molesta. Debes saber que si hablas demasiado, te juzgarán y tú también te sentirás mal contigo mismo.
Intenta hablar menos y asegúrate de que cada conversación tenga un sentido, si quieres sentirte mejor contigo mismo.
Antes de decir algo, tómate un tiempo para pensar en lo que quieres decir. Encuentra el valor para dejar de hablar y hacer algo.
Si hablas demasiado, no significa que siempre vayas a decir lo correcto o que no vayas a ser capaz de transmitir tu punto de vista. Solo significa que tienes que vigilar lo que dices.