Jesús, el buen pastor, prometió que seríamos sus ovejas. Prometió también que siempre estaría presente y atento de nuestra seguridad.
Por lo que, puedes confiar y estar seguro de que, no solo nada te faltará, sino que nadie podrá arrebatarte de Su mano.
“Eres oveja de Jesús,
formas parte de Su redil.
Él te ha rescatado del lodo de
la desesperación y ha
perdonado tus pecados.
Te ha colocado en un lugar
bello y lleno de paz, donde
Él te alimenta con pastos
verdes, y Él ha prometido
que nadie podrá arrebatarte
de su mano”.
Hermes Alberto Carvajal
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