Vientres de alquiler

La necesidad de alquilar un vientre materno

El tema sobre los "vientres de alquiler" ha estado de moda recientemente. Sin embargo, existen registros de lo que se podría llamar "vientres de alquiler" en la misma Biblia.

Para los que no están familiarizados con el término, se le llama "vientre de alquiler" a una mujer que acepta, por acuerdo, quedar embarazada con el objetivo de dar a luz a un niño o niña, que será criado como hijo propio de la pareja o persona soltera que alquila su vientre. Es decir, es una maternidad por sustitución, por medio de un contrato.

El tema del los vientres de alquiler ha sido motivo de crítica en diferentes sectores sociales, especialmente, en el religioso; donde algunos aseguran que "fundar una familia por una pareja no depende exclusivamente del nacimiento de un hijo".

¿Cuáles razones podrían llevar a una pareja o persona a recurrir a los "vientres de alquiler"?

Son muchas las razones para recurrir a estos métodos, entre estas tenemos:

- La infertilidad

- Embarazos de alto riesgo

- No querer pasar por el embarazo y el parto

- Parejas homosexuales masculinas que desean ser padres

Sea cual sea la razón, los filósofos, sociólogos, biólogos, médicos, moralistas y juristas tienen gran preocupación de las técnicas destinadas a facilitar la procreación en todas sus vertientes. Es por esta razón, que es preciso reglamentar esta práctica tanto en su desarrollo como en sus consecuencias.

¿Existen casos de vientres de alquiler en la Biblia?

Por lo general, la opinión que tiene la gran mayoría de las personas sobre los vientres de alquiler es casi siempre negativa.

No obstante, en el Antiguo Testamento se conoce el caso del primer niño nacido por medio de la gestación subrogada:

Sarai, la esposa de Abram (Sara y Abraham se llamarían más tarde) era estéril y le ofreció a su marido la esclava Agar, para que tuviera descendencia. Al bebé se le llamó Ismael. Sarai lo acogió como si fuera su propio hijo. De Ismael descienden todos los árabes llamados también ismaelitas o agarenos, por el nombre de la madre de Ismael. (Génesis 16: 1:16)

El segundo caso de vientre de alquiler en la Biblia está en Génesis 30. Donde Bilhá, la esclava de la infértil Raquel, segunda esposa de Jacob, le dio dos hijos varones: Dan y Neftalí.

El tercer caso fue el de Zilpa, la esclava de la primera esposa de Jacob, Lía. Esta, después de procrear cuatro hijos, perdió temporalmente la capacidad de procrear. Entonces, Zilpa dio a luz a dos hijos de Jacob: Gad y Aser. Más tarde Lía se recuperó y dio a luz a otros dos hijos: Isacar y Zabulón.

Esto pareciese explicar que la Biblia está de acuerdo con los vientres de alquiler. Sin embargo, existe una marcada condición de inaceptabilidad: El adulterio.

Casos de vientres de alquiler en la Biblia

Recordemos que antiguamente estas esclavas eran dadas en matrimonio. Es decir, eran consideradas como esposas secundarias. Esto prevenía el adulterio, aún cuando en ese tiempo la poligamia era permitida. En ningún momento podemos pensar que la maternidad por sustitución en estos casos bíblicos, ocurrieron fuera del matrimonio. Sin embargo, hoy en día existen condiciones de inaceptabilidad en la práctica de "vientres de alquiler", por ejemplo:

No sería aceptable para una mujer llevar en su vientre el bebé de una pareja casada, si ambas mujeres acuerdan tener relaciones sexuales para quedar embarazada del hombre, el cual no es marido de una de ellas. Esto sería adulterio. Del mismo modo no es aceptable que un hombre tenga relaciones sexuales con otra mujer que no sea su esposa, con el propósito de procrear con otra mujer aun esta sea una madre sustituta, ya que su esposa no puede concebir.

Casos de inaceptibilidad de los vientres de alquiler

Se estaría cometiendo adulterio también en el caso de que el esperma del hombre sea depositada en el vientre de alquiler de la madre sustituta para quedar embarazada. Esto es considerado adulterio porque su semilla es plantada en una mujer que no es su esposa.

Sin embargo, el óvulo fertilizado implantado en el vientre de otra mujer parecería ser aceptable, pues la semilla del hombre no entraría en otra mujer, por lo que no sería adulterio. Cuando el huevo fertilizado es implantado en el vientre de alquiler, todo el material genético proviene de la pareja casada.

"Preguntémonos si esta forma de venir a la existencia es compatible con la dignidad, no sólo de la persona por nacer, sino de la experiencia de gestación como una intimidad transformadora del ser mismo de la mujer ante su hijo por nacer y de su ser madre en vínculo exclusivo con el padre", advirtió la Hna. Elena Lugo, presidenta de la Comisión de Bioética Padre José Kentenich, al reflexionar sobre el tema.

Finalmente, la Hna. Lugo señaló que esta práctica plantea desafíos que si bien la ley tendrá que atender, tiene raíces "profundamente éticas y amenazan la dignidad inherente a las personas".

¿Está de acuerdo con el alquiler de vientres materno? ¿Usted que opina al respecto?